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Inminente alta médica sin lograr su propósito personal

Era el pasado lunes, 3 de julio, cuando la salud de Mario Vargas Llosa volvía a acaparar los titulares de la prensa nacional. Sus tres hijos, Álvaro, Gonzalo y Morgana, lanzaban un comunicado oficial donde informaban que el Premio Nobel estaba hospitalizado tras haber sido diagnosticado de nuevo con Covid-19. Pese a la gran preocupación que generaron sus palabras y la condición como «paciente de riesgo» por su avanzada edad, sus tres descendientes hacían hincapié en que se encontraba acompañado de «excelentes profesionales» y de sus familiares más cercanos, transmitiendo que confiaban en una pronta recuperación que parece que está a punto de llegar.

Con el paso de los días, su hijo, Gonzalo Vargas Llosa ha sido el encargado de informar sobre la evolución de su padre, transmitiendo que confía en que el alta sea inminente y dejando entrever la mejoría que habría experimentado el escritor en las últimas horas. Las declaraciones del primogénito de la familia concuerdan con la información ofrecida por Vanitatis, la cual señala que su evolución es completamente esperanzadora ya que estaría utilizando su tiempo de recuperación en escribir y leer para estar ocupado.

Centrándonos de nuevo en las declaraciones de Gonzalo Vargas Llosa la pasada mañana a las puertas del Hospital Ruber de Madrid, el alta hospitalaria parece ser inminente, algo que coincidiría en fechas muy próximas al gran evento del año: la boda de Tamara Falcó e Iñigo Onieva, sin olvidarnos que, de ser así, tendría en contra su propia intención. Tal y como ha recogido Sandra Aladro en El programa de Ana Rosa, el Premio Nobel tenía en mente irse de vacaciones esta semana con su familia para vivir un viaje de ensueño con sus hijos y sus nietos por las costas italianas. Es por eso que, en el momento de la hospitalización, sus tres descendientes se encontraban en Madrid ya que todos habían viajado hasta la capital para partir en conjunto hacia su esperada aventura.

No obstante, la intención de este viaje iría mucho más allá y es que Mario Vargas Llosa habría escogido estas fechas para mantenerse alejado del ruido mediático que va a suponer el enlace matrimonial de la hija de Isabel Preysler, su ex pareja. Cabe destacar que durante el romance que vivió con la socialité, el autor de La ciudad y los perros entabló una estrecha relación con Tamara Falcó ya que vivió con ellos durante un largo periodo de tiempo, estando muy presente en su día a día.

Tamara Falcó, Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler en Madrid/ Gtres

Su ruptura con Isabel llegó prácticamente a la par que la sonada reconciliación de los futuro marido y mujer y, aunque muchos se interesaron por la opinión del Premio Nobel al respecto, en más de una ocasión Vargas Llosa dejó claro que quería desligarse de todo lo vinculado con lo que había sido su vida en los últimos años. Algo que parece seguir cumpliendo a rajatabla.




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