Mons. Ramón Castro sugiere abordar la realidad de la violencia desde un enfoque de salud pública que permita asegurar al mayor número de beneficiarios.
El obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro, opinó que la inseguridad que vive Morelos es fuerte y la más grave de su historia; el estado vive “el peor momento de su historia en materia de seguridad”, dijo.
Ramón Castro llamó a la unión y a la buena voluntad para restablecer y recuperar el respeto a la vida, ante la situación de violencia y “crueldad” en esa entidad.
Lamentó los últimos hechos registrados en Cuautla, con el asesinato de una familia en un restaurante, y en Cuernavaca, con 12 asesinatos; 24 muertos en cinco días.
Esto constata que el problema es de fondo y por lo mismo se requieren acciones más concretas, así como una estrategia de paz que responda a este problema de “salud pública” toda vez que la inseguridad y la violencia “es compleja y multidimensional”, expresó.
Consideró que convendría abordar la compleja realidad de la violencia desde un enfoque de salud pública, que permita asegurar para el mayor número de personas ese beneficio.
Ante la inseguridad desatada en esa entidad, consideró oportuno aprovechar “estos días santos” para recapacitar y hacer un llamado a retomar el compromiso de lograr que no haya más asesinatos, feminicidios, violaciones, secuestros o extorsiones.
Aseguró que la paz es el fruto de la justicia, entendida en el sentido amplio como el respeto del equilibrio de todas las dimensiones de la persona humana, por lo que la paz también es manifestación de amor.
En nombre de los sacerdotes de Morelos, llamó a todas las personas de buena voluntad, a sumar esfuerzos en la tarea de buscar la promoción y la construcción de la paz y la justicia. (Ntx)