César Suárez, el fiscal asesinado este miércoles en Ecuador que llevaba casos como el de la toma del canal de televisión ocurrido la semana pasada y otros casos de corrupción, no contaba con resguardo policial, según afirmó una familiar del magistrado.
Desde la puerta de la morgue a donde fue trasladado el cadáver, el familiar del sexo femenino confirmó que Suárez no contaba con escolta pese a haber estado a cargo recientemente de interrogar a los 13 detenidos que irrumpieron armados en el canal TC Televisión durante una emisión en vivo y que mantuvieron durante varias horas a sus trabajadores secuestrados.
La mujer afirmó en declaraciones a periodistas que a Suárez “lo vendieron”, pues señaló que instantes antes del asesinato recibió una llamada de urgencia para trasladarse a un punto que no quiso revelar.
“Lo sacan con engaños para segar su vida”, comentó la mujer mientras esperaba noticias de su familiar, acribillado a tiros por presuntos sicarios en un sector del norte de Guayaquil.
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“Pido justicia, es un fiscal que solo aportaba cosas buenas a esta sociedad queriendo buscar justicia, investigando casos muy importantes, como el de TC Televisión“, añadió.
La familiar de Suárez solicitó al presidente de Ecuador, Daniel Noboa, que investigue y que no cese (en su ‘guerra interna’ declarada contra) las bandas delictivas de este país.
El asesinato del fiscal se produjo en medio del estado de excepción decretado por Noboa al plantear un “conflicto armado interno” a 22 bandas criminales, dedicadas principalmente al narcotráfico, a las que ha pasado a denominar como grupos terroristas y actores beligerantes no estatales que deben ser neutralizados por las fuerzas del orden.
Noboa declaró la “guerra” al crimen organizado tras la oleada de atentados y acciones violentas sucedidas durante la pasada semana y atribuidas a estas bandas, que incluyeron secuestro de policías, artefactos explosivos, motines en cárceles con unos 200 rehenes ya liberados y la mencionada toma del canal de televisión.
Los hechos se suscitaron en un momento en Noboa se disponía a poner en marcha un plan de “mano dura” para recuperar el control de las cárceles, muchas de ellas dominadas por bandas del crimen organizado donde, desde 2020, han sido asesinados más de 450 presos en una serie de masacres carcelarias entre grupos rivales.
Esa violencia también se ha trasladado a las calles, donde en los últimos años Ecuador ha escalado hasta situarse como uno de los países más violentos del mundo, con alrededor de 45 homicidios intencionales por cada 100 mil habitantes en 2023, año en el que fue asesinado el candidato presidencial Fernando Villavicencio.
Pese a que la situación se había calmado y los ecuatorianos buscaban recuperar la normalidad, este martes fue asesinado un agente de prisiones en la amazónica provincia de Sucumbíos y este miércoles se suscitó el crimen del fiscal César Suárez. (EFE)
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