El papa Francisco recibió este sábado a numerosos refugiados llegados a Europa mediante corredores humanitarios y escuchó algunas de sus historias, para después reivindicar que su integración “forma parte de su salvación”.
“Cada uno de ustedes merece atención por la historia tan dura que vivió. En particular quiero recordar a quienes han pasado por los campos de detención de Libia”, refirió el pontífice durante la audiencia en el Aula Pablo VI, un enorme pabellón del Vaticano.
Los refugiados lograron llegar a Italia gracias al programa de corredores humanitarios de la Comunidad de Sant’Egidio, las Iglesias católica y evangélicas y la Mesa Valdesa, protestante, un sistema elogiado por el pontífice.
“Los corredores humanitarios no solo tienen como objetivo hacer llegar a Italia y a otros países europeos a los refugiados, librándolos de una situación de incertidumbre, peligro y esperas infinitas”, explicó.
Para agregar acto seguido: “También operan para su integración y esto es importante porque integrar forma parte de su salvación“.
Francisco escuchó las historias de algunos de los inmigrantes que acudieron a la audiencia, como Maskaran y su familia llegados “del infierno de Libia“, según relató.
O Anna, una cristiana de la ciudad siria de Alepo que, tras años soportando la guerra y la destrucción, decidió llevarse del país a su hija recién nacida en busca de paz.
El papa también recordó el caso “terrible” de un refugiado que tardó tres años en llegar a España y que lo contó luego en un libro que leyó.
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