El Ministerio del Interior ha reforzado la seguridad en Cataluña con el despliegue, el pasado viernes, de algo más de 200 policías pertenecientes a cinco grupos de las Unidades de Intervención Policial (UIP, conocidos como antidisturbios) procedentes de Sevilla y Zaragoza, según han confirmado a EL PAÍS fuentes policiales y del propio ministerio. Estas mismas fuentes destacan que la decisión se tomó ante la posibilidad de que se produjeran incidentes cuando se conociera la sentencia sobre Quim Torra —como finalmente ocurrió este lunes, aunque de escasa gravedad, tras el fallo del Tribunal Supremo que inhabilita al presidente de la Generalitat un año y medio— y los próximos aniversarios del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 y de la condena a los líderes del procés. Fuentes de Interior insisten en que los agentes desplegados se encargarán de la seguridad de los edificios dependientes de la Administración General De Estado y solo actuarán en la calle a requerimiento de los Mossos d’Esquadra, que es el cuerpo policial que tiene las competencias de orden público en la comunidad.
No es el primer envío de agentes a esta comunidad que realiza el departamento de Fernando Grande-Marlaska en las últimas semanas. A comienzos de septiembre, y ante la celebración, el 11 de septiembre, conmemoración de la Diada, ya envió un grupo mucho menos numeroso. Entonces llegaron a Cataluña algo menos de 50 antidisturbios para reforzar a los tres grupos de esta unidad desplegados de manera permanente en Cataluña, unos 150 agentes. Aquellos ya regresaron y ahora se ha producido el envío de cinco grupos de la UIP. Fuentes de Interior destacan que el año pasado se enviaron dos grupos de antidisturbios poco antes de la Diada y que, este año, solo ha sido uno. “La decisión de reducir el número agentes fue acertada, porque no hubo incidentes destacables”, añaden.
El envío de policías antidisturbios a Cataluña para reforzar la seguridad de los edificios públicos del Estado en fechas clave para el secesionismo ha sido una constante desde que el Gobierno de Mariano Rajoy desplegó en Cataluña, en la llamada Operación Copérnico, aproximadamente 6.000 agentes del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil en septiembre y octubre de 2017 para intentar evitar el referéndum ilegal convocado por el entonces presidente de la Generalitat Carles Puigdemont y los partidos independentistas.
Así, en 2018, poco antes del primer aniversario del 1-O, Interior desplegó agentes antidisturbios en Cataluña. Entonces, ya se habían comenzado a normalizar las relaciones entre los cuerpos policiales estatales y los Mossos, después de que el procés y la polémica actuación de la policía catalana durante el referéndum ilegal provocase un enorme malestar y que las relaciones bilaterales prácticamente se rompieran. Tras la llegada del PSOE al Gobierno, la normalidad fue regresando y aquel año el despliegue de antidisturbios en Cataluña fue coordinado conjuntamente.
En 2019, ocurrió lo mismo. Interior envió un número similar a los que ha desplegado ahora, cerca de 200 agentes. Entonces, la detención de varios integrantes de los autodenominados Comités en Defensa de la República (CDR) acusados de terrorismo incrementó la posibilidad de altercados. En la actualidad, la plantilla del Cuerpo Nacional de Policía en Cataluña —donde los Mossos son policía integral— es de algo menos de 4.000, de los que aproximadamente el 25% de los puestos está sin ocupar, el porcentaje más alto de toda España.
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