Agentes de la Policía Nacional y de la Agencia Tributaria han completado en Las Palmas de Gran Canaria el mayor golpe dado hasta la fecha en España al tráfico de hachís por vía marítima. La operación conjunta Goleta-Gratil ha supuesto la aprehensión, a lo largo de cinco días, de cuatro veleros de alta gama que portaban más de 30 toneladas de hachís, a las que hay que sumar otras cinco toneladas interceptadas entre marzo y julio. Las autoridades han detenido a nueve personas de orígenes búlgaro y ruso que habían sido capaces de crear una gran mafia capaz de diversificar las vías de entrada de droga a Europa por diferentes puntos de España.
El valor de mercado de esta droga podría haber ascendido a 60 millones de euros en el mercado ilícito, según ha cifrado la Policía Nacional. Los seis veleros interceptados están valorados en otros cinco millones. La policía asegura que estas actuaciones han supuesto “un gran golpe” a la que los investigadores consideran “la mayor organización criminal dedicada al tráfico de hachís por vía marítima”. La investigación sigue abierta en estos momentos, ha informado la Policía, que está tratado de localizar e identificar nuevos integrantes de la organización, por lo que “no se descartan nuevas detenciones”.
La investigación comenzó en octubre de 2019. Entonces, la Policía Nacional y el Área Regional de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en Andalucía detectaron una embarcación sospechosa de narcotráfico, el Amaalta, con bandera alemana y que ha acabado por caer casi un año después. En un principio, la coordinación de las actuaciones conjuntas recayó en el Juzgado Mixto Nº 5 de El Puerto de Santa María (Cádiz). Pero la investigación no tardó en hacerse cada vez más extensa, con nuevas diligencias abiertas en Manacor e Inca (en Mallorca), y en Telde (Gran Canaria), debido a la dispersión territorial que la organización había alcanzado.
Durante los meses siguientes, se fue descubriendo la existencia de nuevas embarcaciones sospechosas (llamadas Phase One, Hanna, Sweet Breeze, Eagle Ray y Carla), todas ellas veleros de gama alta con esloras de entre 14 y 22 metros y a los que la organización cambiaba asiduamente el nombre y el pabellón como maniobra de despiste. El primer golpe se produjo el 26 de marzo. Ese día, el patrullero Paíño de Vigilancia Aduanera, basado en Palma de Mallorca, abordó al Phase One a 80 millas al sur de Mallorca. A bordo transportaba 4,2 toneladas de hachís. Ese día fueron puestos a disposición de la justicia dos ciudadanos búlgaros.
La segunda actuación no se produjo hasta el pasado 14 julio, con la intervención del Hanna en el Golfo de Cádiz. Esta embarcación transportaba 360 kilos de hachís a bordo. Sin embargo, el grueso de la operación no se ha producido hasta finales de este mes. “La organización desarrolla un importante despliegue de medios, en el que ponen a la mar simultáneamente los cuatro veleros que estaban siendo objeto de control por los investigadores de Policía Nacional y Vigilancia Aduanera: el Sweet Breeze, el Eagle Ray, el Amaalta y el Carla”, según ha explicado la Policía Nacional.
El Sweet Breeze, de bandera del Reino Unido, fue el primero en caer en este golpe final, tras ser abordado por el patrullero Sacre de Vigilancia Aduanera al sudeste de Fuerteventura el pasado 24 de septiembre. Navegaba por aguas internacionales y transportaba 10.700 kilos de hachís. Ese mismo día fue interceptado el Eagle Ray, también con bandera británica y tripulado por dos ciudadanos rusos. El abordaje se produjo en aguas internacionales próximas al Estrecho de Gibraltar. La embarcación, que acabó desembarcando en Algeciras, transportaba 9.300 kilos de hachís, todos dispuestos en fardos que los dos supuestos narcos ni se molestaron en ocultar.
El Amaalta, de bandera alemana, es abordado el 26 de septiembre por una dotación de presa de Vigilancia Aduanera embarcada en el Buque de Acción Marítima (BAM) ‘Meteoro’ de la Armada Española frente a las costas de Mauritania, en aguas internacionales, con una cantidad estimada de 4.500 kilos de hachís. El subdirector de operaciones de Vigilancia Aduanera, Manuel Montesinos, ha explicado este miércoles que este abordaje resultó complicado dado que el velero presentaba una importante vía de agua, por lo que navegaba a la deriva en medio de unas condiciones meteorológicas “muy desfavorables”. El velero tuvo que ser hundido durante el regreso a puerto.
Finalmente, el Carla, de bandera holandesa, fue interceptado el 28 de septiembre en aguas al sudeste de Fuerteventura por el patrullero Sacre de Vigilancia Aduanera. Su alijo tiene un peso aproximado de seis toneladas. En total, 35 toneladas de hachís interceptados con una dispersión espacial nada habitual en las mafias del hachís que suelen operar en el Estrecho de Gibraltar, epicentro de la entrada de este tipo de droga en Europa.
Desde que comenzó el plan especial de seguridad en el Campo de Gibraltar, puesto en marcha a mediados de 2018, las bandas de la zona han centrado sus esfuerzos en deslocalizar sus alijos de hachís a otras zonas de Andalucía. Sin embargo, la logística de esta banda ha trascendido con creces estos intentos hasta el extremo de que, en un primer momento, fijaron su logística en las Islas Baleares para estar lejos del Estrecho. “La presión desde Marruecos hacia el Campo de Gibraltar ha posibilitado que estas organizaciones intenten modificar las rutas de abastecimiento para el resto de Europa utilizando el canal pesquero paralelo a Portugal, o incluso de algún país del sur de África, para iniciar rutas marítimas”, según ha asegurado el comisario general de Policía Judicial, Rafael Pérez.
El despliegue de la mafia se ha traducido también en la participación de numerosas unidades policiales de toda España. Además de la Sección IV BCE-UDYCO Central que ha coordinado la operación, ha colaborado BCE-Grupo 50, BCE-GRECO Cádiz, Sección OCT BCCO-UDYCO Central, UDYCO Mallorca y Las Palmas y GRECO Málaga. Por parte de la Agencia Tributaria, la Subdirección General de Operaciones de Vigilancia Aduanera, su red de Oficinas de Inteligencia Marítima y sus Áreas Regionales de de Andalucía, Canarias y Baleares. A eso se ha sumado la colaboración internacional de las autoridades inglesas, italianas, holandesas, búlgaras o griegas. “La cooperación es el pilar de cualquier operación contra el tráfico ilícito de estupefacientes”, ha remachado Pérez.
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