Heinz Dieterich
1. 500 años de destrucción y mentira
Mañana, 12 octubre, se cumple el 527 aniversario de la invasión europea al hemisferio occidental, que inició la interminable tragedia de destrucción de los pueblos originarios. Las mentiras y el terror racista, religioso y eurocentrísta, usados por españoles, portugueses, ingleses y franceses, para quitarle las riquezas, cultura e identidad a los First Nations, siguen hasta el día de hoy. Esta impresionante permanencia represiva se nutre de una trinidad nada santa: el Estado global oscurantista del Vaticano; el Estado español colonial del plus ultra (Carlos I, Más allá) y una intelligentsia criolla sumisa y cortesana, cuya máxima felicidad es un abrazo del rey, el premio de Asturias, el doctor honoris causa en la Universidad de Salamanca o volverse cuate de la Real Academia Española. En solidaridad con los pueblos originarios, en esta ignominiosa fecha, contraponemos a las mentiras dominantes los hechos científicamente establecidos de la tragedia.
2. AMLO exige honestidad al Rey y al Papa
En marzo de 2019, AMLO envió cartas al rey español Felipe VI y al papa Francisco solicitando disculpas por los abusos cometidos durante la conquista de los pueblos originarios mexicanos hace 500 años: “por las violaciones a lo que ahora se conoce como derechos humanos; hubo matanzas, imposiciones… la llamada conquista se hizo con la espada y con la cruz”. La reacción del gobierno socialdemócrata de Pedro Sánchez, que activamente apoya el encarcelamiento de los independentistas catalanes y vascos, era previsible: “El Gobierno de España lamenta profundamente que se haya hecho pública la carta que el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos dirigió a su majestad el Rey el pasado 1 de marzo, cuyo contenido rechazamos con toda firmeza”, señala el comunicado.
“La llegada, hace quinientos años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas. Nuestros pueblos hermanos han sabido siempre leer nuestro pasado compartido sin ira y con una perspectiva constructiva, como pueblos libres con una herencia común y una proyección extraordinaria”, expresó. Tiene razón Sánchez. En tiempos de Hernán Cortés y Francisco Pizarro no existían los diez mandamientos de Jesús, ni las epístolas de Bartolomé de las Casas, ni el pontifex maximus en Roma. Por eso, los pobrecitos conquistadores cristianos andaban con las mejores intenciones, pero sin guía espiritual. En consecuencia, cometieron sus atroces actos de terrorismo de Estado. Y quién sabe, si no fueron actos atribuibles a Satanás, quien, como todos sabemos, se aprovecha sin piedad de esas situaciones, cuando no hay guía espiritual.
3. Colonialismo español: 500 años de estancamiento mental
La negativa del rey y su pelele monárquico “socialista” recibió también apoyo de personas públicas de su país como el escritor y periodista Arturo Pérez-Reverte, miembro de la Real Academia Española desde el año 2003, quien dijo que AMLO era un “imbécil” si se creía sus palabras y un “sinvergüenza” si no. ¡Ostias Tío! A la luz de los hechos, el imbécil y sinvergüenza eres tú, no el presidente mexicano. Pérez-Reverte, sin duda, es un intachable representante de esta decrépita institución feudal, fundada en 1713 por el VIII marqués de Villena y duque de Escalona, que acogió Felipe V bajo su «amparo y Real Protección», mientras saqueaba el oro y la plata de América.
4. El Descubrimiento
Toda persona con un poco de cultura sabe que “el descubrimiento” de “América” se realizó hace unos 23,000 años, cuando los pueblos euroasiáticos cruzaron el estrecho de Bering. Declarar a Cristóbal Colón “descubridor de América” no es, por lo tanto, más que un enunciado delirante o en términos siquiátricos, un “síndrome confusional agudo”. Si mañana un extranjero llega por primera vez a México y declara en el Zócalo, “Soy el descubridor de México”, obviamente lo llevarían con urgencia a un hospital psiquiátrico. Lógicamente, y por sentido común, es imposible “descubrir” un lugar civilizado, que fue descubierto y colonizado hace mucho tiempo. Pero, en la geopolítica eurocentrista, de la cual América Latina es una colonia mental, cualquier lunático puede decirlo, ser considerado normal y hasta recibir premios académicos.
5. Colonización
Cuando los españoles llegaron a América, los pueblos originarios habían cubierto el hemisferio occidental, desde Alaska hasta la Patagonia, con cuatro niveles de civilización diferentes. En orden de complejidad ascendente eran recolectores y cazadores paleolíticos y mesolíticos; sociedades neolíticas con organización democrática como los Haudenosaunee (Iroquois); sociedades de clase eneolíticas descentralizadas como los mayas y centralizadas como los Aztecas y los quichuas del Tahuantinsuyu. Sobre este mosaico civilizatorio americano establecieron los invasores europeos sus estructuras de expoliación y dominación, centradas en la explotación de metales preciosos y de una fuerza de trabajo disciplinada. A los pueblos que no se dejaron dominar, se les aplicó el genocidio.
6. Hernán Cortés: el humanista
Según el doctor en historia por la Universidad de París, Christian Duverger, ‘‘Cortés nunca decidió hacer la Conquista, al contrario, optó por entrar al territorio mexicano y buscar alianzas; jamás representó un poder político. El mestizaje significaba para él una aceptación mutua, aunque esta noción suele tener desprestigio para la sociedad mexicana…Espero que con esta investigación los lectores tengan una visión más certera de quién fue Cortés: el padre de la patria, un erudito y escritor nato.” (27.6. La Jornada). Prácticamente toda afirmación de ese párrafo es una falsificación de los hechos históricos.
Cómo un sujeto delirante y mentiroso como Duverger puede ser profesor de una universidad prestigiosa como La Sorbonne, es sin duda, un misterio para todo científico verdadero. Como igualmente es un misterio, por qué universidades públicas mexicanas gastan el dinero del pueblo en la invitación de semejante farsante. El supuesto “padre de la patria, erudito y escritor nato”, comenzó su cruzada humanista en México con una bestial matanza de civiles en Tlaxcala; la repitió después con la masacre en Cholula; siguió su misión civilizatoria con el exterminio en Tenochtitlan; quemó vivo en las hogueras a líderes indígenas; disfrutó el despedazamiento de gente viva en Coyoacán por un enorme perro lebrel, acompañado por la Malinche, que hacía rotar aceleradamente su cristianísimo rosario durante el show educativo para los indígenas (Manuscrito del Aperreamiento); y después se convirtió en el primer introductor de esclavos en la Nueva España, con préstamos de los banqueros para traer esclavos de Guinea.
7. Adolf Hitler y los historiadores
Duverger y los demás lambiscones hispanófilos en defensa de la justificación del terror colonial español, tienen razón. Cortés es víctima de un gran malentendido histórico: nunca “decidió hacer la conquista”. En eso, carga su dura cruz con otra víctima injustamente maltratada por la historia: Adolf Hitler. El Fuehrer, otro “erudito y escritor nato”, como documenta su magna obra literaria Mein Kampf, tampoco quiso hacer la conquista de Polonia y Rusia. Sólo quiso llevar el hermoso idioma de Goethe al ghetto de Varsovia, como los españoles sólo querían llevar el hermoso idioma de Cervantes a los “indios”; como argumentan los panegiristas de la Real Academia Española. (Dejemos de lado, que lenguas indígenas como el Xi̱taꞌén, el quichua o el nahuatl, estéticamente le ganan con mucho al golpeado hablar de los de Castilla.)
Otra perla revisionista es la de un profesor de historia de la UNAM. La conquista de “México-Tenochtitlan fue “un proceso múltiple donde se formó una nueva entidad”, dice ese gladiador académico (La Jornada, 22.4.19). ¡Hermoso! La definición es tan precisa analíticamente, que después de matar a treinta millones de personas en la Unión Soviética, Hitler puede ampararse tranquilamente en ella. Finalmente, de las interminables perlas de historiadores, filósofos y académicos trasnochados, una última: el “Encuentro de dos Mundos”. Otra burbuja, con que se refieren a la apocalíptica conquista europea. El cinismo, la frivolidad y la ignorancia de esta determinación es tal, que hasta un violador serial puede referirse a su delito ante un juez, como un “encuentro de dos mundos”. ¿Habrá todavía un historiador o filósofo que tiene alguna idea de ciencia y ética?
8. El crisol de la identidad mexicana
Ante la constante humillación, deshumanización y represión de los pueblos originarios en toda América, fue un rayo de luz y esperanza presenciar ayer la inauguración de la XXIV Feria Nacional de la Cultura Rural e Indígena de la Universidad Autónoma Chapingo (10-20 de octubre), donde el treinta por ciento de los estudiantes son de pueblos originarios. Ahí es palpable, que la esencia del México profundo y su identidad provienen de las más de sesenta culturas y lenguas indígenas, que han sobrevivido al avasallamiento de los invasores europeos.
El Presidente tuvo el valor de enviar su misiva al rey español y al Papa. ¿Tendrá la UACh la misma audacia para seguir su camino?
*La opinión aquí vertida es responsabilidad de quien firma y no necesariamente representa la postura editorial de Aristegui Noticias.