La UIF indaga operaciones financieras del exsecretario de Seguridad Pública por más de 50 millones de dólares en paraísos fiscales, afirma la periodista Peniley Ramírez.
Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón enfrenta ahora una nueva acusación en México: la creación de una red de empresas fachada en 11 países para mover más de 50 millones de dólares, informó Peniley Ramírez, de Univisión Investiga y quien tuvo acceso a las denuncias.
Hasta ahora, explicó Ramírez, existen tres denuncias, todas presentadas en diciembre del año pasado, la primera es por lavado de dinero, en la fiscalía general; hay otra ante la Fiscalía Anticorrupción y la tercera es ante la Fiscalía de la Función Pública.
El contenido de las tres es bastante similar, señala, relatan los mismos hechos, y un punto relevante: cómo llega ese dinero a donde él pedía.
Actualmente, García Luna está preso en Nueva York, acusado de narcotráfico y en espera de juicio. En paralelo, las autoridades mexicanas investigan actos de corrupción política a través del dinero público y corrupción a través sobornos del narcotráfico.
Ramírez explicó que, según Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), García Luna ya era investigado desde antes de ser trasladado a Estados Unidos.
En México, señaló que unos meses antes habían comenzado a investigarlo, primero a través de una relación con otro exfuncionario del gobierno de Calderón, a propuesta incluso de las autoridades estadounidenses.
Lo que está haciendo ahora la UIF es abrir las cuentas, la información bancaria, tanto de García Luna como de sus allegados, en este caso varios familiares, incluida su esposa, y algunos otros personajes cercanos, como los empresarios de seguridad Samuel Weinberg y su hijo, Alexis Weinberg.
A partir de la investigación financiera que hacen la UIF y Hacienda, explicó Ramírez, descubren cómo funcionaba una serie de compañías a nombre de García Luna, sus familiares y otros allegados, cómo se movía el dinero entre estas compañías.
Aunque parte de esta información ya había sido abordada en México, lo novedoso es que la UIF logra establecer cómo funciona la red, descubre que varias de estas empresas no tienen aparentemente negocios entre ellas, sino que sólo se traslada el dinero de una a otra.
Hay una lista de 11 países en donde se movía el dinero, entre ellos Estados Unidos, Barbados, Hong Kong, Israel, Letonia, Panamá, Reino Unido, Chipre y Curazao.
Para las autoridades, ésta podría ser una manera de ocultar el verdadero origen del dinero, que podría provenir, según las denuncias, del pago de sobornos del crimen organizado.
“Recordemos que García Luna está acusado en Nueva York de dos cargos, de narcotráfico, por supuestamente haber recibido sobornos del cártel de Sinaloa y de los Beltrán Leyva, y también por un cargo de falsas declaraciones”, dijo Ramírez.
La UIF ya busca los nexos entre la ruta del dinero que puede venir de los sobornos del narcotráfico, y cómo entró al sistema financiero y se dispersó a través de compañías y de esos países.
La periodista señaló como un punto importante de la investigación un inmueble, la lujosa casa en Golden Beach, Florida, a donde García Luna y su familia se mudaron después de que terminó la administración de Felipe Calderón.
“Por supuesto, todos estos negocios empezaron desde que él era todavía funcionario, y la investigación encuentra muchos pagos, ya después, en el gobierno de Peña Nieto”.
Para Ramírez, hay una parte de esta investigación que va a tocar al sexenio de Peña Nieto.
“El punto central, justamente es esta casa de Florida, que se compró a través de una red de compañías que pasó por México, Panamá y otros países, para esconder justamente el origen del dinero con el que se compró”.
Tras el rastro del dinero
Un punto importante es que muchas veces no aparece el nombre del destinatario final, destacó.
“Es decir, el nombre de Genaro García Luna no aparece en la mayoría de estas transacciones”, agregó; “sin embargo, las autoridades pueden llegar a ellas a partir de que él disfrutaba de los movimientos”.
Ramírez señaló que algo que le pareció novedoso fue que las investigaciones incluyen las declaraciones patrimoniales de García Luna como funcionario.
El primer año, incluso, declaró un bono por un millón de pesos, pero en los años posteriores dijo no haber obtenido ingresos prácticamente.
“Hay un año, creo que 2016, en el que declaró que no ganó ni un centavo en todo el año, y la Unidad de Inteligencia Financiera rastrea sus datos”.
Tan sólo en la tarjeta American Express, añadió, llegó a gastar 10 veces más de lo que decía haber ganado en un año.
“Y eso era sólo en una tarjeta”.
Mientras las compañías de la red estaban pasando dinero para todo el mundo; al mismo tiempo, agregó, se declaraban como pérdidas; por lo tanto, tampoco se pagaban impuestos.
Eso es otro elemento que no está en el juicio en Estados Unidos, porque no es de interés en ese país, pero sí es importante para la investigación mexicana, estas empresas que no pagaban impuestos.
Explica que tampoco hay un registro del dinero que salía de las entidades públicas, porque ni siquiera había un contrato.
“Todo este dinero que salió para sus empresas de la Secretaría de Gobernación, cuando Osorio Chong era secretario; también de la CDMX, y no hay un contrato que justifique esos pagos”.
El objetivo es saber qué pasa con ese dinero una vez que sale de México y se oculta en paraísos fiscales, con el propósito de que se perdiera el rastro del dinero.
Incluso, hay una parte del dinero que se cobra en efectivo, lo cual hace todavía más difícil el rastreo.
Ramírez señaló que García Luna comenzó a preparar su retiro, a mover tanto la creación de compañías como a ubicar a personas cercanas a él en ellas, antes de dejar la administración.