A los mulás iraníes se les han atragantado las caricaturas del ayatolá Alí Jamenei, guía supremo del régimen teocrático, publicadas el miércoles en el último número del semanario satírico parisiense Charlie Hebdo. Después de amenazar con “una respuesta firme y efectiva” a las caricaturas, Irán ha anunciado este jueves el cierre del Instituto Francés de Investigación en Irán (Ifri), un pequeño organismo cultural dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia. El fin de las actividades del Ifri en Teherán es “una primera etapa”, según un comunicado del Ministerio de Exteriores iraní citado por la agencia France Presse (AFP). El instituto, según consta en su web, se creó en 1983 tras la fusión de la delegación arqueológica francesa en Irán, fundada en 1897, y el Instituto Francés de Iranología, fundado en 1947 por el orientalista Henry Corbin. Tiene su sede en el centro de la capital iraní, donde organiza conferencias y acoge a investigadores becados.
El miércoles, el Ministerio de Exteriores de Irán convocó al embajador francés en el país persa, Nicolas Roche, para comunicarle que “Francia no tiene ningún derecho a insultar las santidades de otras naciones y de países islámicos con el pretexto de la libertad de expresión”. El portavoz de la diplomacia iraní, Nasser Kanaani, le dijo a Roche que la República Islámica “hace responsable al Gobierno francés de estas acciones asquerosas, sacrílegas e injustificadas”.
El mismo día, el jefe de la diplomacia iraní, Hossein Amir Abdollahian, escribió en la red social Twitter: “La decisión insultante e impropia de un periódico francés de publicar una caricatura contra la autoridad política y religiosa no quedará sin una respuesta firme y efectiva. No permitimos que el Gobierno francés supere la línea. Han tomado un camino equivocado”. En una entrevista con la cadena LCI, la ministra francesa de Exteriores, Catherine Colonna, replicó: “Recordemos simplemente que en Francia la libertad de prensa existe, al contrario que en Irán, y se ejerce bajo el control de los jueces en el marco de una justicia independiente, algo que Irán sin duda conoce mal”.
Las fricciones entre Irán y Francia ocurren en un contexto de prolongadas tensiones diplomáticas. El régimen de Teherán está sometido a sanciones internacionales y de la Unión Europea por su programa nuclear y por la violación de los derechos humanos. Ocho ciudadanos franceses, a los que París considera rehenes, están detenidos en Irán, algunos acusados de espionaje.
Los dibujos de Jamenei aparecen en una edición especial de Charlie Hebdo, publicada este miércoles con ocasión del octavo aniversario del atentado del 7 de enero de 2015. Ese día, dos yihadistas armados con Kaláshnikov irrumpieron en la redacción del semanario y asesinaron a 12 personas por haber caricaturizado a Mahoma. Las 35 caricaturas de Jamenei son una selección de las 300 enviadas por dibujantes de todo el mundo en respuesta a un concurso convocado por el semanario en diciembre pasado. Además de conmemorar el atentado, el número especial coincide con una ola de protestas contra el régimen en Irán que dura ya meses.
“Era una manera de mostrar nuestro apoyo a las y los iraníes que se juegan la vida para defender su libertad ante la teocracia que los oprime desde 1979″, escribe Riss, director del semanario. “También era una manera de recordar que las razones por las que fueron asesinados los dibujantes y redactores de Charlie, hace ocho años, desgraciadamente, todavía son de actualidad. Los que se niegan a someterse a los dictados de las religiones se arriesgan a pagar con su vida”, añade.
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La portada, desplegable, la ocupa entera un dibujo del propio Riss en el que se ve una fila de ayatolás introduciéndose por la vagina de una mujer desnuda y con las piernas abiertas. El título es: Mulás, regresad al lugar de donde venís. En las páginas interiores, pueden verse caricaturas de Jamenei, alguna de carácter sexual, aunque no todas. En otra caricatura aparece Jamenei sodomizando al recién fallecido papa Benedicto XVI mientras le dice: “¿Y si intentásemos reproducirnos?”. No hay noticia de que el Vaticano ni el episcopado francés hayan protestado.
Riss recuerda en su artículo que, en 1993, Teherán organizó un concurso de caricaturas del escritor Salman Rushdie, al que este mismo régimen condenó a muerte cuatro años antes tras la publicación de la novela Los versos satánicos. En aquel momento, Charlie Hebdo respondió publicando una veintena de dibujos satíricos sobre la República Islámica.
El 12 de agosto pasado, cuando se aprestaba a dar una conferencia en el oeste del Estado de Nueva York, Rushdie fue apuñalado por Hadi Matar, un hombre de 24 años que pretendía ejecutar la condena lanzada por el ayatolá Jomeini en Irán 33 años antes. El escritor ha perdido la vista en un ojo, además de sufrir otras secuelas.
El periodista Philippe Lançon, que sobrevivió con heridas graves al atentado de Charlie Hebdo, dedica su columna semanal a Rushdie, “un hombre condenado a muerte sin debate y sin apelación por haber escrito una novela”. Y recuerda que el 14 de febrero se cumplirán 34 años de la fetua contra el autor de Los versos satánicos. “Esta fecha marca un desplazamiento del terreno: la censura extrema exigida por un Estado se mundializa y se extiende por medio de masas furiosas y moralizadoras a una rapidez que las redes sociales, una veintena de años más tarde, multiplicarán. Imaginen el inferno de Salman Rushdie si la fatua se pronunciase hoy”.
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