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Isabel Coixet inaugura una Seminci con toque de queda

Isabel Coixet recoge la Espiga de Honor en Valladolid.Photogenic/Pablo Requejo / Europa Press

Hay cartas de prejubilación cuyo silencio sobre la mesa de la oficina suena como un disparo. Tocado y hundido. El empleado de banca Peter Riordam (Timothy Spall) se encuentra así ante el abismo de qué hacer con su lineal vida, alejada de estímulos en la plomiza Manchester. Hasta entonces apenas disfrutaba con el tiempo meteorológico: fotografiaba y analizaba las nubes oscuras e intentaba conocerlo todo de ese mundo tantas veces imprevisible. Ahora deberá elegir a qué dedicar el tiempo que mide su reloj, ese que su padre les regaló a él y a su hermano Daniel. Este lleva más de 10 años en Benidorm y Peter decide dirigirse a ese universo desconocido que para él es la Costa Blanca.

Nieva en Benidorm, dirigida por Isabel Coixet, Premio Nacional de Cine 2020, se ha presentado este sábado en el festival de cine de Valladolid, Seminci, que cumple 65 años sin que la pandemia haya conseguido jubilarla. Coixet, como en 2017 hizo de mano de La librería, ha estrenado esta semana dedicada al séptimo arte, antes de que el filme llegue a las salas, el próximo 13 de noviembre. Apenas unas cuantas cabezas con mascarilla asisten entre un bosque de butacas vacías al cambio al que se enfrenta este lacónico inglés cuando deja atrás su corbata y su batín para recalar en Benidorm. Allí sabrá que su hermano regenta un local de burlesque, donde conocerá a Alex (Sarita Choudhury), una poderosa mujer que camina sobre la soledad con tacones de aguja.

La cineasta que también ha recogido hoy la Espiga de Honor del certamen, se ha referido a su filme, alumbrado en una “ciudad especial” como Valladolid, como un “parque temático” de sus obsesiones, con “un hombre solitario, buena persona, un hombre corriente” como Peter Riordam. Un “zoo humano” delante de las cámaras con el propósito de mostrar que “la gente con más de 50 años tiene las mismas ganas de disfrutar” que alguien más joven.

El protagonista irá enterándose de cómo tras aquellos apartamentos, esas clases de gimnasia en la playa y el retiro soñado por miles de compatriotas se halla un tinte de corrupción que va salpicando la figura misteriosa de su hermano. Nadie sabe nada de él, o eso le dicen sin que él se atreva a pulsar los botones irregulares que mueven los hilos. La Policía no le ofrece respuestas, por medio de una Carmen Machi que interpreta a una agente armada de experiencia y poesía. Su fijación por la poeta Sylvia Plath, a quien todo Benidorm jura haber visto incendiar la playa con su entonces revolucionario biquini, la lleva a relativizar la angustia del hermano de Daniel. Es más fácil encontrar a quien ha desaparecido que a quien no quiere ser encontrado. La producción de Agustín y Pedro Almodóvar y Esther García plasma una historia en la que manda el amor y la introspección de unos personajes que se dan cuenta de que pueden encajar por el mero hecho de ser diametralmente opuestos.

Toque de queda

El coronavirus ha perturbado los hábitos de una fiesta del cine donde la gente ya no puede ni juntarse para recibir a las estrellas. El toque de queda declarado sobre Castilla y León a partir de las 22.00 ha adelantado las proyecciones previstas para esta semana, donde tampoco tendrán cabida las entradas en papel. Un nuevo contratiempo para los espectadores más veteranos, que jamás vieron algo así. Más o menos, como la nieve en Benidorm. Al fin y al cabo, Coixet ha reiterado que su filme, que cree también espejo de muchos aspectos de la cultura española, pretende enseñar cómo la existencia puede alterarse inesperadamente.


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