El nombre de Isabel Pantoja siempre ha ido unido a Cantora. Y eso es una realidad. Pese a que hace tiempo se especuló con que la tonadillera habría puesto en venta la propiedad para subsanar sus deudas, nada más lejos de la realidad. Sin embargo, ahora que ha regresado de su gira por América, ha tomado la decisión de que el que ha sido su refugio durante mucho tiempo necesita un lavado de imagen en toda regla, motivo por el que ha comenzado una reforma que no ha estado exenta de polémica, pues cabe recordar que la madre de Kiko Rivera tiene cuestiones económicas pendientes con algunas personas.
Así lo ha contado Antonio Rossi en El programa de Ana Rosa, afirmando que varias personas que han estado en la finca han expresado lo descuidada que está: «Era una reforma urgente, ha tenido problemas con la electricidad, ha estado sin luz en la finca, ha estado viviendo con velas». De esta forma, Isabel ha aprovechado la oportunidad para cambiar todo, desde la piscina, la pintura, las humedades e, incluso, los muebles. 500 hectáreas y 2.000 metros cuadrados construidos que pedían a gritos una renovación.
No se hacía una reforma desde que Julián Muñoz estaba en la vida de la intérprete de Marinero de luces, aunque ha pillado por sorpresa debido al dinero que sigue debiendo, un total de casi dos millones de euros de deuda, «incluyendo las sociedades y ella como persona física», ha añadido Rossi. Aunque no es de extrañar que quiera reformar su hogar, pues ya en 2021 Viva la vida emitió unas fotografías de Cantora en las que se apreciaba su mal estado. Sea como fuere, la realidad es que Isabel Pantoja continúa debiendo dinero, pase el tiempo que pase. Por un lado, tiene que hacer frente a la reclamación interpuesta por el Ayuntamiento de Fuengirola, que quiere acabar además con la concesión municipal que le concedió a su establecimiento. «Le debían dinero, al final llegaron a un acuerdo, pero no se lo pagaron tampoco. Ella, como propietaria de la concesión administrativa, tenía que hacer frente a los gastos del canon. Tenía la concesión hasta el año que viene. Ni el año 2021 ni 2022 pagó el canon, que equivale a algo más de 90.000 euros. El año 2023, que lo tiene todavía en periodo voluntario, tampoco lo ha pagado», ha subrayado el periodista.
Asimismo, tiene otro frente abierto: Loli la quiosquera. La que un día fue su amiga sigue reclamando la friolera cantidad de 76 mil euros, motivo por el que tienen un juicio pendiente. Con su buena fe, Loli le prestó todos sus ahorros a la tonadillera en un momento que lo necesitaba, y nunca más volvió a saber de él. Después de la ausencia de la intérprete de Así fue en varios actos de conciliación, la Guardia Civil le ha entregado en mano la demanda y la citación judicial correspondiente. Con estos escenarios sobre la mesa, la pregunta sigue siendo la misma: ¿Cómo puede la cantante embarcarse en una obra de tales dimensiones con varias deudas en el horizonte?