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Israel ataca en Líbano y Gaza tras sufrir un aluvión de cohetes

EL PAÍS

Israel ha atacado en el sur del Líbano y Gaza la noche del jueves. El ejército del país asegura haber alcanzado cuatro objetivos relacionados con Hamás en la Franja, en represalia por el aluvión de cohetes dirigidos a su territorio disparados desde el sur de Líbano y, antes, desde Gaza. Los militares israelíes identificaron al menos 36 proyectiles, según detallaron en un comunicado, en la mayor ráfaga disparada contra Israel desde el país de los cedros desde la guerra de Líbano en 2006. Esta escalada de violencia se produce en medio de un aumento de la tensión provocado por el desalojo violento de la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén durante dos noches consecutivas y por el intercambio de fuego en Gaza.

“Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) atacaron dos túneles terroristas y dos sitios de fabricación de armas pertenecientes a la organización terrorista Hamás”, indicó el ejército en un comunicado, en el que explicó que “el ataque se ejecutó en respuesta a las violaciones de seguridad por parte de Hamás durante los últimos días”. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, había advertido horas antes de golpear a Gaza de que su Gobierno respondería con firmeza a los asaltos con cohetes. “Golpearemos a nuestros enemigos y pagarán por todos los actos de agresión”, añadió en un mensaje televisado antes de una reunión de los responsables de seguridad de su Ejecutivo. Durante la madrugada de este viernes, el Ejército ha asegurado haber alcanzado objetivos de Hamás en el sur del Líbano y ha advertido a la organización de que no permitirá que “opere desde el interior” de ese país, según recoge la agencia EFE.

En un comunicado enviado al filo de la medianoche, Hamás asegura que responsabiliza a Israel “de la peligrosa escalada y la flagrante agresión contra la Franja de Gaza”, y hace un llamamiento a las facciones palestinas a unirse “en un enfrentamiento abierto” para defender Jerusalén y la mezquita de Al Aqsa. Antes del ataque a las posiciones de Hamás en Gaza, Al Fatá, el movimiento que lidera el presidente palestino, Mahmud Abbas, llamó a la movilización para “proteger la mezquita” y consideró que los movimientos israelíes en el templo “solo pueden alimentar una escalada y conducir a la confrontación y la guerra, con consecuencias incalculables”. Horas después, la organización ha condenado enérgicamente los ataques aéreos de las FDI a Líbano que se han sucedido durante la madrugada y han acusado a Israel de “violar la soberanía de países árabes hermanos”.

Los servicios de emergencia de Israel habían informado durante la jornada del jueves de que al menos tres personas resultaron heridas como consecuencia del disparo de cohetes desde Líbano, incluido un hombre con lesiones de metralla en estado leve. El ejército del país ha podido interceptar 25 de los proyectiles lanzados con su sistema de defensa aérea. Por ahora, nadie ha reivindicado el ataque. El movimiento libanés Hezbolá controla en gran medida el sur de Líbano, pero medios afines al grupo lo atribuyen a facciones armadas palestinas, aunque probablemente con su beneplácito. El portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, señaló a Hamás como responsable en una rueda de prensa, según el diario local Haaretz, aunque indicó que aún lo estaban estudiando.

La fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU desplegada en el sur de Líbano, FINUL, declaró que “la situación actual es extremadamente grave” y que se encuentra en contacto con las autoridades a ambos lados de la frontera. También instó “a la moderación y a evitar una nueva escalada”. El ejército libanés, por su parte, informó de que estaba patrullando la zona desde donde se han lanzado los cohetes, y publicó imágenes de varios lanzamisiles y proyectiles que ha localizado. En un comunicado propio, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Líbano ha reiterado su respeto a la resolución de la ONU que puso fin a la guerra de 2006, ha hecho responsable a Israel de la escalada y ha instado a la comunidad internacional a intervenir para frenarla.

El aluvión de cohetes lanzado desde suelo libanés tuvo lugar después de que a última hora del miércoles la policía israelí desalojara de forma violenta y por segunda noche consecutiva la Explanada de las Mezquitas, en la parte ocupada de Jerusalén Este, cuando aún se encontraban en el complejo miles de fieles musulmanes congregados por la plegaria nocturna del Ramadán. La Media Luna Roja atendió en los dos días a una treintena de heridos y, durante el primer asalto al recinto, la madrugada del miércoles, la policía israelí detuvo a más de 450 personas, de las que la mayoría ya han sido puestas en libertad, según un grupo palestino.

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SuscríbeteEl lanzamiento de cohetes desde la Franja de Gaza proyectaba rayos de luz, la madrugada del jueves, sobre la ciudad israelí de Ascalón, al sur de Tel Aviv.AMIR COHEN (REUTERS)

En respuesta al violento desalojo, militantes palestinos en Gaza lanzaron varias ráfagas de cohetes hacia Israel desde la madrugada del miércoles y, en represalia, el ejército israelí atacó ese día objetivos en la Franja que vincula al movimiento palestino Hamás, que controla el enclave y al que consideran responsable de mantener la seguridad.

La tensión también se ha extendido a diferentes puntos de Cisjordania, donde se han registrado protestas por los acontecimientos en Al Aqsa y enfrentamientos con fuerzas israelíes que han dejado múltiples heridos, según ha informado la agencia palestina Wafa. También se han producido protestas en varias localidades de mayoría palestina o con gran presencia palestina en el interior de Israel, incluida la ciudad de Haifa.

Estaba previsto que el Consejo de Seguridad de la ONU celebrara el jueves una sesión de emergencia a puerta cerrada para tratar el repunte de violencia en Al Aqsa, según han informado algunos medios locales citando a fuentes diplomáticas. El secretario general de la ONU, António Guterres, se mostró el miércoles “conmocionado y horrorizado” por las imágenes “de violencia y golpes propinados por las fuerzas de seguridad israelíes en el interior de la mezquita” de Al Aqsa, según transmitió su portavoz Stéphane Dujarric.

A finales de marzo, Egipto acogió una reunión entre palestinos e israelíes con la presencia de representantes de Jordania y de Estados Unidos, en un intento de rebajar la violencia en los territorios palestinos ocupados, sobre todo desde la formación del último Gobierno de Israel, el más derechista de su historia, a finales del año pasado. Poco antes del encuentro en Egipto, se había celebrado otro en Jordania con el mismo fin.

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