La historia es conocida y habla en cierta manera de una fuerza que es el destino, y no solo es el destino, sino el deseo que lo acelera y lo hace inevitable. Yulimar Rojas (plusmarquista mundial indoor de triple salto, 15,43m) tenía 16 años cuando vio a Teddy Tamgho ganar el Mundial de Moscú 2013 e ir corriendo a abrazarse con su técnico, Iván Pedroso. En ese momento, la venezolana decidió qué quería ser en la vida, saltadora de triple, y quién le llevaría a ser la mejor. Ocho años después, los tres, la saltadora venezolana, que ya es campeona del mundo, Teddy Tamgho, que ya se ha hecho entrenador y guía al favorito de los Juegos, el atleta de Burkina Faso Hughes Zango (18,07m, récord mundial en pista cubierta), uno de los únicos siete que en la historia han saltado más de 18 metros, e Iván Pedroso, que a todos ampara, están juntos en Guadalajara, España, una mañana de lluvia, unas semanas antes de los Juegos que aspiran a ganar, claro. Sería el gran triunfo de la que podría llamarse escuela afrocubana del triple, como la música de la isla, como las raíces camerunesas de Tamgho, la fuerza africana de Zango, medallista de bronce en Doha, la pasión cubana de Pedroso, el Caribe alegre de Rojas. Y también anda por allá la gallega-africana Ana Peleteiro, con hambre de medalla. Lo mejor del triple salto mundial. Este domingo (13.20) es la final femenina; el martes (2.00), la masculina.
De ello dialogan Pedroso, a cuyo palmarés como saltador olímpico, varias veces campeón mundial, campeón olímpico, solo le falta haber sido él quien batiera el récord mundial de Bob Beamon, y Tamgho, de 32 años, otro de los de 18 metros a quien las lesiones le han obligado a retirarse antes de alcanzar el éxito olímpico. Su relación es de atleta-maestro-colega-alumno… Y Tamgho, francés, habla más cubano que Pedroso, habanero, de 48 años, y aunque nunca ha estado en Cuba, es más cubano que nadie.
Tamgho. Cuba es la tierra del triple salto, la mejor escuela de todos los tiempos. Una persona que practique el triple salto y no te hable de Cuba es que no sabe nada del triple salto. Yo te puedo hablar de todo, de Lázaro Betancourt, de Yoelvi Quesada, de Aliacer Urrutia y los locos de Yasmani Copello y todos esos. Tenemos muchos puntos en común, por eso estamos juntos. Tenemos la misma hambre de hacer buenas cosas. Y cuando nos dedicamos a una cosa la hacemos al 100%, con mucha pasión. Y eso lo estamos compartiendo de siempre esa ambición. Cuando yo llamé a Iván Pedroso en 2010 para que me entrenara, fue porque Iván es una estrella del deporte, no solo de la longitud, de todo el deporte. Cuando me di cuenta, cuando me enteré de que se ponía como entrenador, para mí fue como la luz verde para poder aprender más de la manera cubana, de cómo se entrena, y también sé que si en mi carrera quería saltar más y mejor en los grandes campeonatos, le necesitaba a él.
Pedroso. Sí, el triple llegó a América por Brasil, Oliveira, Da Silva.. y Cuba siempre ha hecho entrenamientos en Brasil, pero, como está diciendo Teddy, tenemos una escuela en Cuba que es de las mejores, por eso todos los años aparecen atletas de 16, 17 años, saltando ya 17 metros. Y eso es muy difícil. Y no solo es genética. Yo siempre he seguido el sistema de entrenamiento de mi entrenador en Cuba, Milán Matos, el poeta, que fue quien me enseñó, pero nunca nos casamos con una sola metodología, siempre fuimos muy abiertos, como era Milán y como me enseñó. Abiertos a los americanos, que eran muy rápidos; a los rusos, que eran muy fuertes, y cuando yo conocí a Teddy, que tuve la oportunidad de ir a Francia, con la escuela de Francia, que es muy buena de triple, aprendí otra cosa muy importante también, y ahora lo hemos unido todo. ¿Lo que aprendí en Francia? Ah, no, eso son secretos de Estado…
T. Secretos de nosotros… detalles técnicos. Y hemos unido todo y creado un sistema que funciona… Y Rojas, Zango, Peleteiro, son el ejemplo de que funciona. Como se lo decía a Iván hace unos días, cuando Iván empezó a entrenar a Yuli ella no estaba clasificada para el Mundial, y al año siguiente saltó 70 centímetros más y fue plata en los Juegos de Río. Y conmigo Zango hizo casi lo mismo. Nosotros sabemos por la experiencia de nuestra carrera, y hemos trabajado juntos, y todo eso mezclado, hemos conseguido muchas cosas juntos. Como Iván ha dicho ahorita, hemos construido un sistema muy efectivo que funciona con atletas muy diferentes. Nos adaptamos a los atletas. Somos abiertos, como dice Iván. Por ejemplo, tú tienes a Zango y nosotros vamos a saber qué es lo que le hace falta. Y para ella también. El sistema no es único. Conocemos muchas cosas y estamos abiertos para seguir aprendiendo.
P. Zango es un atleta fuerte, viene de África; Ana es rápida; Yuli es rápida, explosiva. Pueden coincidir en algunas cosas en entrenamiento, pero ahora, a la hora de la competición, cada uno necesita algo diferente… Ahí es donde está la diferencia. Nunca puedes tratar por igual a todos los atletas.
T. Del récord mundial no hablamos. Vamos a ver, vamos a ver… Eso es el futuro.
P. No pensamos en eso. Pensamos que si seguimos trabajando como vamos, así mismo saldrá, como salieron los de pista cubierta… Los récords no se buscan. Es el sueño de Hughes, el sueño de Yuli, lo sabemos. Y nosotros también lo queremos, pero en su momento.
T. Hay que enfocarse. Primero es el proceso. Si el proceso es bueno, entonces sale solo. Tokio no es un mítin. Lo hemos preparado para ganarlo. Preparar la condición, la técnica, todo… Todo para ganar, para ganar, para ganar… Y si necesitas saltar récord del mundo para ganar, entonces ya estás lista para hacerlo. Gana primero y después haces lo que te dé la gana. Y eso es lo que les decimos: hay que prepararse para ganar, siempre, siempre, siempre… No estamos aquí para la marca. La marca viene y se va.
P. Da igual 14 que 15. Si ganas con 14, plas, eres campeón olímpico. Aunque sea por un centímetro.
T. Venimos a Guadalajara desde Francia por temporadas desde 2019…
P. Siempre que tenemos alguna competencia importante nos reunimos aquí. Somos un grupo de atletas con dos entrenadores. Ese es el objetivo.
T. Si yo estoy, Iván se va; y al contrario, lo mismo. Acompañamos a nuestras atletas y nuestros atletas indistintamente a las competiciones.
P. Hace poco estuve yo en Doha con Yulimar y Teddy no tenía que ir la Copa de Europa, pero hablamos y él fue allí para que Ana no estuviera sola. Eso es una forma más de demostrar la amistad, pero una amistad desinteresada. Somos familia ya. Eso es lo importante.
T. Yo estoy descubriendo con Hughes nuevas cosas. Yo estaba demasiado centrado en el atletismo. Si hablamos de sistema, él tiene un sistema que funciona. Él sabe lo que tiene que hacer, su programa. Sabía que quería dedicarse al 200% a preparar los Juegos, y él se dijo que en el mes de mayo iba a trabajar, a adelantar trabajo de la investigación de su tesis de ingeniero eléctrico, y después meses sin sueldo y hacer lo que hiciera falta para los Juegos.
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P. Yuli es solo atletismo, pero no se agobia. Está bien, está bien. Ha tenido mucho trabajo, parecido. No estaba en la universidad, pero estuvo en Venezuela, descansó mucho, y hemos hecho una sola preparación. Nos ha servido. Está lista. Con hambre, que es lo importante, es lo que nosotros transmitimos a nuestros atletas. Si no tienes hambre, búscala. No es entrenar para ir a los Juegos, es entrenar para ir a luchar hasta el final. Yulimar es rápida, es activa, está fuerte, mide 1,92 metros y su paso tiene que ser amplio. Y se mueve más rápida que las que son más pequeñas.
T. Es la más poderosa de todos los tiempos en longitud y triple. Y pienso que Iván también lo sabe. Cuando hemos visto sus 7,27m en longitud, en su primera competición, pero así, fácil, que se nota que ha no trabajado eso, ya puede romper todo lo que quiera si tiene hambre y confía en el proceso. Puede hacer todo lo que le da la gana. No pude doblar en Tokio porque la programación no se lo permite, pero ¿quién podía saber que había una chica así? No hacía salto de longitud, pero ahora lo saben. El año que viene ya lo haremos. Solo lo sabía Iván.
P. Pero es una lástima que hayan puesto la calificación de longitud el mismo día de la final de triple. Podían esperar por lo menos un día más. Vamos al triple.
T. Tiene que enfocarse y sacar el título olímpico de su especialidad. Si lo consigue, el resto, con gusto.
P. Y a mí, aunque fuera campeón de longitud, siempre me gustó más el triple. Simplemente que salté ocho metros antes, y me centré en longitud,,,
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