Jaime Martínez Bordiú y Marta Fernández, su pareja desde hace más de diez años, se han casado este miércoles en una ceremonia íntima en Madrid. Una boda secreta que se ha celebrado en una notaría de la capital y a la que tan solo han asistido tres testigos. Tras el acto, la pareja y sus escasos invitados han acudido a un céntrico restaurante de la ciudad para celebrar su unión. Según recogen algunas revistas como ¡Hola! o Semana, el hijo de Carmen Franco –la única hija del dictador Francisco Franco– y la empresaria gallega podrían estar pensando en celebrar una gran fiesta más adelante, pero por ahora han preferido darse el “sí, quiero” en la más estricta intimidad y cumpliendo las restricciones por la pandemia.
Jaime Martínez Bordiú y Marta Fernández tenían planes de contraer matrimonio desde hacía tiempo, pero la enfermedad y posterior muerte de Carmen Franco en diciembre de 2017, madre del abogado, paralizó sus planes. Se trata de la primera boda para ella y la segunda para él, que se casó en 1995 con la modelo y relaciones públicas Nuria March, con la que tiene un hijo, Jaime Martínez-Bordiú, de 21 años, y de quien se separó a los seis años de matrimonio. Una primera ceremonia que fue mucho más multitudinaria y contó con la asistencia del hoy rey Felipe y su hermana, la infanta Cristina.
Jaime Martínez-Bordiú, es el pequeño de la familia y, como su hermana mayor, el que más portadas de las revistas del corazón ha ocupado por sus turbulentas relaciones sentimentales y por sus problemas confesos con las drogas, que da por superados. Es abogado, frecuenta eventos deportivos de la llamada jet-set española y participa junto a sus hermanos varones en los negocios inmobiliarios de la familia. Ha tenido un pasado convulso: fue acusado de amedrentar a un conductor con un arma, tuvo que declarar por su presunta vinculación con un alijo de seis kilos de cocaína intervenidos en Requena y pasó una noche en el calabozo por presunto maltrato a su entonces novia, Ruth Martínez. Tras la polémica ruptura con Nuria March llegó a su vida Marta Fernández, una empresaria gallega que el menor de los Franco definió como “un bálsamo”. Desde que hicieron oficial su relación en 2010 no se han separado. Discreta y siempre a la sombra, gente del entorno afirma que Fernández ha sido su mejor apoyo en los malos tiempos y en el proceso de hacer frente a sus adicciones. El recién matrimonio vive en Villafranca del Castillo, a las afueras de Madrid.
Pese a que las intenciones de oficializar su matrimonio no son nuevas, su boda ha sorprendido a muchos, pues no se esperaba que lo hicieran de manera tan íntima. Algo que, en cambio, concuerda con el nuevo estilo de vida que mantiene la mayoría del clan, tan habituales de la prensa del corazón en el pasado y ahora tan alejados de los focos. Desde que en octubre de 2019 tuviera ocasión la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, pese a la negativa de la familia, y su posterior traslado al cementerio de Mingorrubio, la familia Franco ha intentado permanecer en un discreto segundo plano.
Quien tampoco se ha pronunciado aún respecto a la boda ha sido su hermana, Carmen Martínez Bordiú. Afincada en Portugal, la nieta mayor de Franco también permanece alejada de los focos en los últimos años. Un anonimato buscado que rompió hace solo unos meses cuando desmintió que hubiera terminado con su pareja, Timothy McKeague, el australiano con quien mantiene una relación desde 2016. Hace tiempo decidió poner tierra de por medio y se fue a vivir a la pequeña localidad de Sintra, donde comenzó una nueva vida junto a él y huyendo de una fama que en el pasado rentabilizó.
Source link