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Jamás congeles las lentejas con patata: esto podría pasarte

Mediante la congelación de los alimentos conseguimos conservarlos durante mucho más tiempo sin que pierdan sus valores nutritivos. Además, de esta manera podemos consumir productos que no son de temporada durante todo el año. Sin embargo, debemos tener especial cuidado con los alimentos que congelamos porque no todos son aptos para este método de conservación. Es lo que ocurre, por ejemplo, con las lentejas con patata.

Se trata de un plato muy típico en la gastronomía española. Si lo preparamos y nos sobra, podemos guardarlo en la nevera durante un máximo de cinco días. Pero, ¿y si no vamos a comerlo en ese tiempo? Pues bien, congelarlo no es una opción.

Ángela Quintas ha explicado a ‘Cadena Ser’ qué puede suceder si congelas las lentejas con patata. «Cuando tu congelas una legumbre que lleva patata, luego al descongelarla no queda igual», advierte. Y advierte: «Si quieres congelar una legumbre, mejor que sea sin patata, porque luego te va a descongelar mucho mejor».

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Pero, ¿por qué ocurre esto? La patata tiene un alto contenido de almidón, y este se cristaliza durante el proceso de congelación, cambiando por completo la textura del plato. Por lo tanto, no vamos a sufrir  ningún problema de salud por congelar las lentejas con patata, pero a la hora de comerlas sí vamos a notar que la textura no tiene absolutamente nada que ver con la de las lentejas recién hechas.

¿Cómo congelar las lentejas?

Las lentejas cocidas sí se pueden congelar, aunque es fundamental seguir una serie de consejos durante el proceso tanto de cocción como de conservación para que mantengan su sabor y textura una vez descongeladas.

Las lentejas necesitan estar en remojo al menos 12 horas antes de cocinarlas. Esto facilita en gran medida la cocción y, además, hace que que se limpien muy bien, al tiempo que se activan sus nutrientes. Después de remojarlas, solo queda cocerlas y congelarlas.

Podemos conservarlas en el congelador estando crudas, pero siempre después de estar en remojo. Eso sí, tenemos que escurrir muy bien el agua y dejarlas secar. No es aconsejable dejarles líquido porque las lentejas pueden dañarse y perder sus propiedades.

Una vez escurridas, las guardamos en un tarro o en una bolsa con cierre hermética. La principal ventaja de congelarlas de esta forma es que, cuando queramos prepararlas, no tendremos que esperar varias horas a que se descongelen, sino que podemos ponerlas directamente al fuego.


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