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Jamás laves así tus pantalones blancos: te los puedes cargar

Aunque el blanco siempre ha sido un color asociado al verano en el mundo de la moda, este otoño los pantalones blancos son tendencia. Desde los clásicos vaqueros y pantalones de pana hasta los pantalones de sastre, elevan cualquier look y hace que se vea mucho más elegante. Ahora bien, si los pantalones blancos tienen una mancha, debes saber cómo lavarlos para no cargártelos, sobre todo si están confeccionados en tejidos delicados, como el terciopelo o el ante.

Esto es lo que no debes hacer con los pantalones blancos

¿Qué ocurre si se te cae una copa de vino sobre los pantalones? Seguro que lo primero que haces es frotar la mancha, pero es un gran error. Independientemente del tipo de mancha, nunca hay que frotarla porque así solo consigues agrandarla y que la suciedad penetre en el tejido. Lo que debes hacer es retirar el exceso de mancha con delicadeza.

Una vez en casa, deja la prenda en remojo con agua tibia con detergente durante, al menos, cuatro horas. Luego, antes de meterla en la lavadora, es fundamental que trates la mancha. Aplica un poco de detergente líquido directamente sobre la mancha, masajeando con movimientos circulares para que penetre.

Cuando vayas a lavar los pantalones en la lavadora, ¿es una buena idea utilizar lejía? Depende del tipo de mancha, pero la principal recomendación es que no porque la lejía daña y desgasta las fibras de los tejidos. Puedes usar limón, que tiene propiedades blanqueantes.

Tratamientos antimanchas

Si los pantalones blancos tienen manchas antiguas, que llevan ahí mucho tiempo, este remedio casero te ayudará a eliminarlas. Es tan sencillo como colocar varias rodajas de limón en una cacerola grande con agua hirviendo. Luego, vierte la mezcla en una palangana, y sumerge los pantalones en la mezcla. Espera hasta que se enfríe, y, por último, lava los pantalones como sueles hacer normalmente.

Si la mancha de los pantalones es de vino tinto, tienes que hacer lo siguiente. Espolvorea una capa de sal gruesa sobre la mancha fresca y espera unos minutos hasta que el vino absorba la sal. A continuación, raspa la sal y limpia los restos de vino con un paño humedecido en agua oxigenada. A medida que absorbas la mancha con el paño, utiliza la parte limpia de éste para que la mancha no se disperse.

A modo de conclusión, recordarte lo que nunca debes hacer con tus pantalones blancos: frotar una mancha.


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