“Día tres del camino: amanezco en las playas del concejo de Caravia. Hasta hoy solo he tenido que seguir las conchas amarillas que bordean la ruta de la costa…” En el ecuador de la serie Un Paraíso en el Camino, Javier Gutiérrez (Lluanco / Luanco, 1971), que recorrerá a pie 150 kilómetros de la ruta jacobea a su paso por Asturias, se enfrenta a la primera encrucijada: ¿continuar por el litoral o marchar tierra adentro? El actor, peregrino primerizo, ante la disyuntiva escoge la vía del Camino Primitivo, el que lleva de Oviedo / Uviéu a Santiago de Compostela, el que realizó Alfonso II el Casto, inaugurando la peregrinación más antigua y famosa del mundo.
En este tercer episodio, Gutiérrez llegará desde Ribadesella / Ribeseya a la capital del Principado para, desde allí, seguir los pasos del monarca que en el siglo IX partió de tierras asturianas al sepulcro compostelano que albergaba, según dictó el propio Alfonso II, los restos del apóstol Santiago. Pero, antes de salir, contará con el consejo del mejor experto posible; sentado en las proximidades de la catedral ovetense Gutiérrez se topará con Manolo, barcelonés que se dispone a empezar el Camino… ¡por centésimo segunda vez! Entre sidras, Gutiérrez charlará con “el maestro”, para tratar de aprenderlo todo. ¿Cuántos kilómetros conviene que haga por jornada? ¿Cómo cae uno enamorado del Camino? “Aquí nadie te pregunta ni de dónde eres ni a qué te dedicas… Nadie te juzga. Tengo la sensación de que existe complicidad, a la hora de compartir la experiencia”, confiesa el actor.
“Quien va a Santiago y no al Salvador visita al criado y olvida al señor”
Como reconoce Gutiérrez, le habría encantado llegar a Oviedo / Uviéu cruzando el puerto de Pajares, alojándose en la hospitalaria Mieres, disfrutando de los paisajes montañosos y de vegetación deslumbrante de la zona; en definitiva, siguiendo las etapas por las que muchos romeros suelen ir desde León a la capital asturiana en una ruta llamada Camino de San Salvador. Porque, como le recuerda la taquillera al actor en la catedral ovetense —y como manda un refrán tradicional— “quien va a Santiago y no al Salvador visita al criado y deja al señor”. De la relevancia de este trazado en época medieval dan fe algunos topónimos —lugares que, como Mieres, recibieron el apellido de “del Camino”— o la abundancia de restos a orillas de esta senda de hospitales o templos de peregrinos.
Sin embargo, Gutiérrez se desplaza directo al punto exacto donde nace el Camino Primitivo: la catedral de Oviedo / Uviéu, el templo, de planta gótica, que alberga las cruces de la Victoria y de los Ángeles, emblemas de la comunidad autónoma y de la ciudad, o el arca donde se custodiaban algunas reliquias míticas, como el Santo Sudario. Este santuario fue una plaza fuerte de la cristiandad medieval, razón que hacía inexcusable que muchos iniciaran su viaje a Santiago junto a la talla románica del Salvador, situada al sur del transepto catedralicio. Hasta ahí se adentra Gutiérrez. Después, le esperan joyas como las termas romanas de Santa Eulalia de Valdunu o la capilla de los Dolores, en Grau/ Grado, o el palacio de los Miranda-Valdecarzana y la muralla, recientemente reconstruida, que llegó a cercar la villa moscona, cuyo mercado dominical sigue siendo uno de los más insignes de Asturias. Pero eso será más adelante. Paso a paso…
El bienestar, clave de la aventura
Un paraíso en el Camino tiene su raíz en el proyecto de Turismo de Asturias En_Clave de Bienestar, una serie de contenidos inspirados en los espectaculares parajes del Principado y en el que, a través de variados formatos y distintos personajes, se señala el valor del contacto con una naturaleza como la asturiana para recuperarse de los efectos de un tiempo marcado por la pandemia. Los puedes volver a ver aquí.
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