La historia de amor entre Jennifer Aniston y Brad Pitt ha hecho correr ríos de tinta desde sus inicios. Cuando comenzaron, tanto ella como él estaban viviendo un momento álgido de popularidad lo que hizo que la pareja se convirtiera en un icono del Hollywood de la época, a principios de los 2000. Siempre sonrientes, con looks conjuntados y dedicándose miradas de enamorados en cada photocall y alfombra roja que pisaban, parecía que no había nada que pudiera destruir a la pareja del momento.
Pero Brad Pitt coincidió con Angelina Jolie en el rodaje de ‘Sr. y Sra. Smith’ y lo demás es historia. Jennifer Aniston se convirtió en la víctima de un triángulo amoroso que convirtió al protagonista de ‘Ocean’s Eleven’ en el malo de su película particular y todo lo que se había construido alrededor de la pareja comenzó a destruirse.
Durante el tiempo que duró su historia de amor, Pitt y Aniston vivieron en Los Ángeles, en una espectacular mansión que hace apenas un par de días ha sido vendida de nuevo por nada más y nada menos que 33 millones de dólares. Desde el año 2006 la casa ya no era propiedad del exmatrimonio, que recibió 28 millones por el que fuera su hogar conyugal.
Para vivir su matrimonio Brad y Jen eligieron la casa de Beberly Hills por todas sus comodidades entre las que había cinco habitaciones, 13 baños y aseos, una espectacular piscina, pista de tenis, una sala de cine y dos bares e incluso un spa, todo repartido en los más de mil metros construidos que ocupa el edificio que constituye la casa.
Ahora que la expareja vuelve a estar soltera son muchos los rumores que han corrido sobre posibles acercamientos, pero parece que lo único que queda entre ellos es una férrea amistad y que ambos se están apoyando mucho tras sus respectivos fracasos sentimentales sin que vuelva a surgir entre ellos la chispa que les convirtió en icono.