Barcelona y, en concreto la sala Razzmatazz, era la última parada de Jessi por Europa. La cantante de origen coreano, reina del rap en Corea del Sur, se embarcó hace apenas unos días en una breve gira europea, ‘Beyond Your Imagination‘, que ha pasado también por Berlín, Londres, París y Oberhausen. En la capital catalana, Jessi ofreció un concierto íntimo, intenso en todos los sentidos y en el que sus fans, la legión de ‘jebbies’, tuvieron un gran protagonismo.
Después de varios problemas de organización y casi media hora de demora, la artista nacida en Queens irrumpió en el escenario entre los ensordecedores gritos de un público ya eufórico. Acompañada de su ‘crew‘, sus bailarinas, arrancó el concierto con uno de sus temas más conocidos, ‘What Type of X‘, exhibiendo la fuerza que siempre desprende.
No faltaron otros de sus grandes éxitos como ‘Cold Blooded‘, ‘ZOOM‘ y ‘Nunu Nana‘, que cerró el concierto. Tampoco lo hicieron algunos de los temas más apreciados tanto por Jessi como por su público (‘Numb‘, ‘STAR‘ o ‘What Dat B‘) o uno de los más recientes, ‘GANJI‘, canción que interpreta con PSY (‘Gagnam Style‘), propietario de la agencia con la que trabaja, P-Nation.
La artista de origen coreano llenó Razzmatazz.
En definitiva, Jessi bailó, rapeó con chulería y exhibió también sus dotes como cantante, dejando constancia de su arte y poderío, y enseñándonos a todos qué es ser una diva. Y es que ha triunfado a pesar de las críticas que, como recordaba este miércoles, ha recibido toda su vida. Por su actitud atrevida; por su físico, que no encaja con los cánones de belleza coreanos. Creó su carrera de la nada hace años en una de las sociedades más exigentes y sigue al pie del cañón.
Un concierto atípico con una artista que se abrió en canal con sus fans
También fue un concierto atípico, al menos para una servidora. Porque la cantante dedicó prácticamente el mismo tiempo a interpretar sus canciones que a hablar con su público. Leyó carteles, hizo preguntas, recogió todo tipo de regalos -incluidos sujetadores-, se hizo fotos, firmó discos, aprendió palabras en español (como ‘entumecido’), repartió botellas de agua. Mostró su lado más cercano y dulce.
Sin embargo, a medida que avanzaba el concierto, iba quedando claro que la cantante necesitaba sentirse arropada por sus fans y hablar con ellos, más que ponerse a cantar. A pesar de que, con cada pausa, pusiera de los nervios a su equipo, ya que el tiempo corría y no había minutos para tantas canciones.
En varios momentos, Jessi reconoció que estaba sensible, que no atravesaba su mejor momento e incluso hizo alusión a su salud mental. El tour, además, ha ido sumando todo tipo de contratiempos -se quedó tirada en París hasta las seis de la mañana, sin hotel- y ha sido el cariño recibido en cada escenario, aseguraba, lo que ha hecho que no desistiera.
Jessi, en el concierto de Barcelona.
“He estado a punto de cancelar la gira“, reconocía anoche en Razzmatazz. “Gracias por recordarme que esto es lo que me gusta”, dijo en varias ocasiones, emocionada y dirigiéndose a sus adeptos, que se dejaron la voz para animar a la artista y cantar cada una de sus canciones.
Jessi se despidió con un mensaje muy claro y cargado de intenciones. “El año que viene volveré y lo haré en un lugar más grande y con un nuevo álbum de música real“, anunció, dispuesta a volver a levantarse como ha hecho en muchas otras ocasiones.