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Joaquín Sorolla, vida y obra del pintor valenciano

España ha sido la cuna de grandes pintores que han dejado obras para la posteridad. Es difícil decidir quién ha sido el mejor de todos los tiempos, pero está claro que Joaquín Sorolla está entre ellos. Nació en Valencia el 27 de febrero de 1863, y a lo largo de su vida realizó más de 2.200 obras catalogadas. Su etapa se encuadra dentro del estilo impresionista, postimpresionista y luminista.

Sorilla quedó huérfano con tan solo dos años, estando al cuidado de sus tíos durante sus primeros años. En esta primera época comenzó a despertar su interés por la pintura, que poco a poco fue perfeccionando. Participó en concursos nacionales que comenzaron a darle un nombre. Cuando pudo, se mudó a Madrid junto a su familia, donde estudió las obras de otros grandes pintores, como Velázquez, en el Museo del Prado.

Sorolla se caracteriza por el uso del blanco, siempre protagonista en su obra, una marca propia del pintor que aportan a sus obras una inigualable luminosidad.  Algunos críticos consideran su pintura una mezcla entre el impresionismo francés y los acuarelistas ingleses. Se puede disfrutar de su obra en el Museo Sorolla de Madrid, donde se encuentra una importante colección de pintura suya.

Sorolla en Madrid

Sorolla realizó muchas de sus obras al aire libre

Durante sus años en Madrid, Sorolla comenzó su etapa más prolífera. Un viaje a París 1894 despertó en él las técnicas del Luminismo, que marcarían sus obras de cara al futuro. Sus obras comenzaron a reflejar aspectos del día a día, con la esencia de la costa del Mediterráneo muy presente. Siguió compitiendo en otros certámenes a nivel internacional. En 1900 recibió el Grand Prix en París por su obra Triste herencia.

Valencia le nombró hijo predilecto y meritorio, dándole una calle en su nombre. En 1905 inició el proyecto de la casa Sorolla en Madrid, convertida en la actualidad en un museo, donde se puede disfrutar de la exposición de gran parte de sus obras. Esto fue gracias al poder adquisitivo que tenía, fruto de la importancia que tenía su obra tanto dentro como fuera de España.

Su etapa final fue como retratista. Para él posaron personajes como Benito Pérez Galdós o Antonio Machado. Incluso el rey Alfonso XIII o el presidente de Estados Unidos William Howard Taft. También realizó algunos autorretratos, que han sido reconocidos como algunos de los mejores de sus obras.

Los mejores cuadros de Sorolla

La bata rosa

Paseo a orillas del mar

Y aún dicen que el pescado es caro

El Balandrito

Sol de la tarde


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