El presidente Joe Biden ha anunciado este lunes que Estados Unidos enviará 20 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus al extranjero a finales de junio. “EE UU nunca estará a salvo mientras el resto del mundo no este vacunado”, apuntó el demócrata. Los fármacos que repartirá son de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson, lo que se traduce en la primera donación de vacunas contra la covid-19 aprobadas por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, en sus siglas en inglés) para uso doméstico. Washington ya se ha comprometido a repartir hasta 60 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca, aún pendientes de recibir la aprobación de las autoridades sanitarias estadounidenses.
Los contagios han disminuido en los 50 Estados por primera vez desde que comenzó la pandemia, según ha informado el mandatario. “No puedo prometer que esto continuará así. Sabemos que habrá avances y retrocesos, y sabemos que pueden ocurrir muchos brotes“, advirtió, aunque las cifras son positivas. El 60% de los estadounidenses ya ha recibido al menos una inyección y al menos 120 millones están completamente vacunados. Con los contagios y muertes en picada, la Administración demócrata pretende enfocar más esfuerzos en ayudar a los territorios que están lejos de haber controlado la pandemia, como la India y Brasil. Para lograr su cometido, el presidente ha puesto a cargo este lunes a Jeff Zients, coordinador del coronavirus de la Casa Blanca. Zients trabajará con Gayle Smith, al frente de la “diplomacia de la vacuna” en el Departamento de Estado y con el Consejo de Seguridad Nacional, entre otras agencias gubernamentales.
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Varios organismos internacionales llevan meses presionando para que Washington done parte de sus vacunas sobrantes a los países donde la pandemia está descontrolada o no cuentan con vacunas suficientes para proteger a su población. La potencia ya está acariciando la nueva normalidad debido a la exitosa campaña de vacunación. La semana pasada, el CDC (Centro de Prevención y Control de Enfermedades, en sus siglas en inglés) marcó un punto de inflexión al autorizar a todas aquellas personas que hayan completado el proceso de vacunación contra la covid a prescindir de la mascarilla tanto al aire libre como en lugares cerrados, y no cumplir con la recomendación de guardar la distancia de física, incluso cuando se encuentren entre multitudes.
La Administración, los gobiernos estatales, empresas privadas y sin fines de lucro se han volcado a fomentar la vacunación. El presidente demócrata espera que más del 70% de la población adulta estadounidense haya recibido al menos una dosis de la vacuna antes del 4 de julio, para que además de celebrar el Día de la Independencia en EE UU, la población también festeje “el día de la independencia del virus”. En menos de cuatro meses el país ha logrado pasar de un 5,5% de adultos vacunados con al menos una dosis a cerca del 60%.
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