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Jorge de Frutos, el impacto del mejor asistente

Jorge De Frutos, durante el Levante-Real Sociedad.BSR Agency / Getty Images

Sin el impacto negativo de la pandemia, el Bar Faustino en Navares de Enmedio (Segovia) tendría la barra colmada con sus especialidades y las neveras llenas para que los vecinos se reuniesen en el local frente al televisor. En pantalla, su vecino más ilustre, Jorge De Frutos, el jugador del Levante que se enfrenta este jueves al Athletic en las semifinales de la Copa (21.00, Cuatro/DAZN). A 470 kilómetros de distancia, el Districte Marítim de València, donde hunde sus raíces el club granota, y Navares de Enmedio están conectados emocionalmente por la figura de De Frutos. En el número 5 de la calle de la Iglesia, los padres del jugador, Faustino y María Jesús, regentan el único bar del pueblo donde los habitantes se sientan, expectantes, cuando lo permiten Sanidad y el toque de queda, a ver a una de las sensaciones de LaLiga.

De Frutos es el orgullo de esta pequeña localidad de apenas 100 habitantes, cercana a Sepúlveda. “Sus padres viven aquí. Aparte del Real Madrid o del Atlético, los vecinos ya se han hecho aficionados del Levante”, cuenta Lara Fernández, auxiliar administrativa que, desde su puesto de trabajo en el ayuntamiento, atiende al teléfono la llamada de EL PAÍS. “De Frutos es amigo de mi sobrino. Un buen chico, educado y amable. Un orgullo para el pueblo”, apostilla.

El extremo segoviano llegó al Ciutat de València este verano procedente del Real Madrid. El Levante pagó dos millones de euros fijos por el 50% de sus derechos, que podrían aumentar en medio millón más si el extremo alcanza una serie de variables este curso. Firmó por cinco años.

La secretaría técnica granota, limitada en lo económico por la pandemia y las obras del estadio, se fijó en el potencial del joven centrocampista ofensivo de 23 años captado en 2018 por el Madrid para el Castilla en el Rayo Majadahonda. El curso pasado, el jugador estuvo media temporada cedido en el Valladolid, donde no jugó, y la otra media en el Rayo Vallecano, donde fue protagonista.

Talento para atacar los espacios

Su desborde y su velocidad encajaban en el perfil que buscaba Paco López para reforzar su flanco derecho en ataque tras el fiasco del portugués Hernani. En los duelos de pretemporada ya mostró talento y capacidad para atacar los espacios, pero su irrupción a gritos en el once, programada paso a paso por el técnico de Silla, no llegó hasta que el equipo empezó a sufrir bajas. Sin Rochina, Campaña y Bardhi, De Frutos empezó a acumular más minutos. Lleva 20 partidos en LaLiga, ocho como titular y 1.000 minutos en el global de la temporada. Dos goles, marcó ante el Getafe y la Real Sociedad, aunque sus estadísticas lo catalogan como el mejor pasador de la competición con seis asistencias, las mismas que jugadores contrastados como Iago Aspas, Marcos Llorente y Correa, aunque con menos minutos jugados.

Hay una acción que lo define. Frente al Valladolid, en el empate a dos de la jornada 20, el segoviano recibió en la derecha y encendió su potente tren inferior. Su carrera intentó placarla Bruno, pero no pudo derribarlo. Y De Frutos, atrayendo hasta tres contrarios, llegó hasta el vértice del área y desde allí asistió a Dani Gómez, que marcó. Segundos después pidió el cambio tras dañarse los isquios. Estuvo dos partidos fuera, y volvió ante el Granada el sábado pasado igual que se había marchado. Entró en el minuto 64 y dos más tarde echó a correr en conducción para darle un gol a Morales. En San Mamés, en un partido enorme para su club, con todo su pueblo pendiente, De Frutos quiere impulsar al Levante hacia un hito.


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