Darío Guerrero estudiaba el segundo semestre en la Universidad de Harvard cuando su madre enfermó de cáncer. Tuvieron que regresar con su progenitora a México para que ella recibiera tratamiento.
“Como ella y yo éramos indocumentados tuvimos que tomar esa decisión”, dice Guerrero, quien es un joven beneficiario de DACA. “Pero fue muy difícil porque teníamos una esperanza y en nuestra desesperación supimos que ese era el próximo paso para nosotros”.
El joven aprovechó sus conocimientos de filmación para grabar cada momento al lado de su madre. Las escenas incluían tratamientos, pláticas y hasta el momento en que su madre perdió la batalla contra el cáncer.
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“Estuve con ella en sus últimos días”, cuenta Guerrero. “Después de fallecer estuve perdido por decir así, no me importaba mucho cuando regresaba o cómo regresar, pero sabía que la universidad que atendía tenía mucho privilegio”.
La situación fue muy dura para el joven, quien pensó que nunca podría volver a Estados Unidos, donde había vivido desde los 2 años. Sin embargo, dos meses después de esa tragedia, recibió la grata noticia de que podía regresar.
“Estuve feliz más que nada porque tuve la oportunidad de poner a la familia junta otra vez con las cenizas de mi mamá”, dice Guerrero.
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Guerrero pudo retomar sus estudios y se graduó en Harvard, en 2016, con un título de Ciencias de la Cinematografía. Pero, además del título universitario, le rindió homenaje a su madre con un documental con su nombre, Rocío.
“Es la historia de mi mamá y su batalla contra el cáncer, y la llame Rocío porque quería que ella fuera el enfoque de la película”, dice el joven cineasta.
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