El cantante colombiano Juanes, durante una actuación en Barcelona, el pasado julio.Xavi Torrent (GETTY IMAGES)
Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y considerado número dos del chavismo, cargó con dureza hace días contra el cantautor colombiano Juan Esteban Aristizábal, Juanes, una vez que este anunciara su decisión de visitar el país para presentar un recital con sus canciones. “Emocionado de regresar a Caracas, Venezuela, uno de los primeros países que apoyó mi carrera. Contando los días para verlos”, escribió el músico en sus redes sociales en el marco de su gira Origen. Juanes no viajaba al país vecino desde 2008. Aun en medio de este clima, Venezuela vuelve a acoger paulatinamente giras musicales internacionales en un contexto de incipiente apertura económica. La española Ana Torroja actuó en la capital el pasado junio, mientras que el argentino Fito Páez y el italiano Eros Ramazzotti lo harán próximamente.
Cabello llamó a Juanes “inmoral supremo” y le recriminó con dureza por su participación en el Venezuela Live Aid, concierto que se celebró en Cúcuta a comienzos de 2019, en plena irrupción de Juan Guaidó, en el cual varios artistas venezolanos y extranjeros se concentraron cerca de la línea fronteriza entre Colombia y Venezuela para apoyar el ingreso de la ayuda humanitaria, denunciar a Maduro y tratar de forzar una transición en el país. En ese evento, organizado por Richard Branson, participaron también artistas como Juan Luis Guerra, Miguel Bosé, Maluma, o Carlos Vives. “Juanes, te voy a decir algo: el presidente aquí sigue siendo Nicolás Maduro. El mismo que, según tú, no te dejaba entrar. Eres un inmoral supremo. ¡Un gran inmoral eres! Vienes por el dinero (…), después de decir que no venías a Venezuela, después de que cantaste en un concierto cuando se iba a invadir a Venezuela. No van a poder, ni con mil conciertos de esos, ni con mil Juanes”, lanzó Cabello.
El propio Juanes había organizado en 2008 otro multitudinario evento sobre la línea limítrofe para superar otra crisis entre Colombia y Venezuela: el concierto Paz en la Frontera, en el que compartió escenario con Carlos Vives, Juan Luis Guerra, Juan Fernando Velasco, Ricardo Montaner, Miguel Bosé y Alejando Sanz. Una marea humana de unas 100.000 personas se reunió debajo del puente binacional Simón Bolívar para enviar un mensaje de hermandad y rebajar la tensión política entre los Gobiernos de Hugo Chávez y Álvaro Uribe.
La molestia expresada por Cabello con Juanes, que tiene previsto un recital en noviembre, corre paralela a la que ha sido una inusitada apertura ante la visita de artistas internacionales, incluso de algunos que dejaron de reconocer a Maduro o lo han criticado con dureza. Además de una señala de reactivación económica, se trata de un intento por romper el aislamiento y ofrecer una buena imagen. Luego de haber desaparecido por completo durante al menos seis años, momento en el cual se agravó la crisis política, económica e institucional de Venezuela, en 2022 han regresado a Caracas, tímidamente, los primeros recitales internacionales, particularmente de artistas latinoamericanos y españoles, en muchas ocasiones con la anuencia y cooperación del Gobierno de Maduro.
Además, de Juanes, Torroja, Páez o Ramazzotti, también han viajado o viajarán a Venezuela Wisin y Yandel, Mon Laferte, Olga Tañón, Kany García, Natalia Jiménez y Óscar de León, la gran mayoría de ellos luego de mucho tiempo sin hacerlo. Hasta bien entrado el siglo XXI, incluso en tiempos de Chávez, Caracas era una parada habitual de las bandas europeas y estadounidenses en sus giras sudamericanas.
Estos músicos son traídos por compañías como Aguacate Producciones, SolidShow o InverShow, que conservan una relación fluida con las autoridades chavistas y que han podido trabajar sin inconvenientes en este contexto. Artistas como José Luis Rodríguez, El Puma, asistente también al concierto de Cúcuta y conocido crítico de Maduro, se presentó hace pocos meses con mucho éxito en un totalmente reacondicionado Teatro Teresa Carreño, para sorpresa de todos.
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El Teresa Carreño y el Poliedro de Caracas – el espacio para eventos masivos más importante de la ciudad-, escenarios tradicionales del mundo del espectáculo, fueron progresivamente cooptados por la plana mayor del chavismo durante los últimos años, convirtiéndose en lugares habituales para concentraciones políticas, reuniones de funcionarios y alocuciones televisivas, primero de Chávez y luego de Maduro.
El chavismo sigue organizando rutinariamente sus actividades en estos lugares, pero ha decidido “abrirle campo” al mundo del espectáculo sin grandes anuncios. La guinda del pastel, que ha producido mucha sorpresa en la opinión pública, la constituyen la restauración de la Compañía de Opera Teresa Carreño, promovida por el Estado, y el regreso de Miss Venezuela, de la Organización Cisneros, uno de los espectáculos más populares del país, a los dominios del Poliedro de Caracas.
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