Stella Assange, esposa del fundador de Wikileaks, Julian Assange, aseguró este miércoles que el activista “necesita tiempo para recuperarse”, por lo que pidió espacio y privacidad en estos momentos.
“Les pido, por favor, que nos den espacio para tener privacidad, para encontrar nuestro lugar, para que nuestra familia sea una familia; antes de que pueda volver a hablar en el momento que él elija”, señaló en una conferencia de prensa en un hotel de Camberra, la capital australiana, ocurrida a las 5:20 de la mañana (hora del centro de México).
“Lo cierto es que este caso es un ataque al periodismo. Es un ataque al derecho del público a saber y nunca debería haberse presentado. Julián nunca debería haber pasado ni un solo día en prisión. Pero hoy celebramos porque hoy Julián es libre”, dijo.
En su intervención, Jennifer Robinson, abogada de Assange, aseguró que la persecución en contra del activista es la “criminalización del periodismo” y señaló que el acuerdo sienta un “peligroso precedente que puede utilizarse contra el resto de los medios”.
“Es importante que los periodistas de todo el mundo comprendan el peligroso precedente que ha sentado esta acusación. Un laureado periodista australiano nominado al Premio Nobel de la Paz por estas publicaciones ha pasado más de cinco años en una prisión de alta seguridad a causa de esta solicitud de extradición de Estados Unidos”, dijo.
Por su parte, el abogado estadounidense Barry Pollock dijo que “no tiene precedente en los Estados Unidos utilizar la Ley de Espionaje para procesar penalmente a un periodista o un editor” y confió en que nunca más se vuelva a utilizar de esa manera.
“Hoy en el tribunal, el gobierno de los Estados Unidos admitió que no hay una sola persona en ningún lugar a la que puedan presentar que haya sido realmente perjudicada por estas publicaciones. Ojalá este sea el final y no solo el caso nuevamente”, dijo.
Julian Assange, llegó este miércoles a Camberra en un avión privado tras comparecer ante un tribunal de las Islas Marianas del Norte (EE.UU.) para formalizar su libertad con la justicia estadounidense, después de pasar doce años recluido en Reino Unido.
El vuelo chárter VJT199 aterrizó alrededor de las 19:40 hora local en el aeropuerto internacional de Camberra después de unas siete horas de vuelo, tras partir de Saipan (I. Marianas del Norte) alrededor de las 12:10 del miércoles.
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Assange salió del avión poco después del aterrizaje enfundado en un traje oscuro, con camisa blanca y corbata, y con el puño en alto saludó a decenas de medios de comunicación y seguidores que lo aguardaban y vitoreaban en el aeropuerto.
El australiano fue recibido en la pista de aterrizaje por su esposa, Stella Assange, a quien besó y con quien se fundió en un abrazo, y por su padre, el arquitecto australiano John Shipton.
“Tras casi 14 años de detención arbitraria en Reino Unido, y 5 años en una prisión de máxima seguridad por su trabajo innovador, Julian Assange ha regresado a casa en Australia”, subraya WikiLeaks en su cuenta de X.
Assange, a quien recogieron en en el aeropuerto su esposa, Stella Assange, y sus dos hijos, tiene previsto ofrecer una rueda de prensa en un hotel de la capital australiana en un par de horas, su primera comparecencia frente a los medios desde que fue puesto en libertad el lunes en Reino Unido.
En el aeropuerto de Camberra aguardaban alrededor de un centenar de periodistas desplazados para documentar el regreso de Assange a su Australia natal tras un largo viaje desde que salió el lunes de Londres, y que le llevó a realizar una parada técnica en Bangkok el martes, antes de volar a las Islas Marianas del Norte (territorio de Estados Unidos en el Pacífico) para formalizar hoy su libertad.
El activista y periodista australiano, de 52 años, compareció a primera hora del miércoles en el tribunal federal estadounidense de las Islas Marianas del Norte en Saipan, donde la magistrada Ramona Villagomez aceptó los términos pactados entre el Departamento de Justicia de Estados Unidos y la defensa de Assange.
Conforme al acuerdo, por el que Assange se declaró hoy culpable de conspirar para obtener y divulgar documentos clasificados de Estados Unidos, Villagomez condenó a Assange a 62 meses de cárcel, reconociendo el tiempo ya cumplido en la prisión de alta seguridad de Belmarsh (Reino Unido), por lo que quedó en libertad.
La defensa del australiano solicitó celebrar la vista en este territorio estadounidense por su proximidad con Australia y porque Assange no deseaba viajar a suelo continental de Estados Unidos.
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Este episodio pone fin a una saga de 14 años que comenzó en 2010 con la mayor filtración de documentos clasificados de la historia de Estados Unidos, al revelar ataques a civiles en Irak y en Afganistán, así como el maltrato de presos en Guantánamo, entre otros asuntos.
Tras la filtración, Suecia emitió una orden de arresto por cargos de abuso sexual, que posteriormente fueron retirados. Assange se refugió en 2012 en la embajada de Ecuador en Londres, hasta que en 2019 fue arrestado por autoridades británicas, pasando los últimos cinco años en una cárcel de alta seguridad.
(Con información de EFE y Aristegui Noticias)
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