Junts per Catalunya ha expresado este jueves su contrariedad con la mesa de diálogo celebrada el miércoles entre el Gobierno central y el Govern en el Palau de la Generalitat al sostener que solo estuvo representada en ella una “minoría” del independentismo. También rechaza el plan del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de negociar “sin prisas, sin pausas y sin plazos”, un punto de vista que comparte el presidente catalán, Pere Aragonès. “La mesa queda muy tocada. El resultado fue muy pobre”, ha sintetizado Elsa Artadi, portavoz de Junts. Los dirigentes del partido de Carles Puigdemont decidieron no acudir a la cita después de que Aragonès se negara a aceptar en la delegación catalana a dos de los políticos indultados. Aragonès y el vicepresidente Jordi Puigneró se han reunido esta mañana para intentar limar asperezas. Pese al nivel de hostilidad pública, Junts niega que las discrepancias en la mesa vayan a romper el Govern.
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La reunión entre los dos máximos representantes del Govern ha durado una hora y en ella, según fuentes de la Presidencia de la Generalitat, el jefe del Govern le ha transmitido a su número dos la necesidad de evitar que episodios de choque como el del martes se vuelvan a repetir. La discrepancia, además se produjo pocos días después de que todos los consejeros se reunieran en la Vall d’en Bas (Girona), de cara a coordinar el inicio del curso político. Aragonès ha hecho mención al acuerdo de “lealtad” a la apuesta por el diálogo que, pese a su escepticismo, se comprometió Junts en el acuerdo de la investidura.
Los de Carles Puigdemont, sin embargo, no piensan cambiar el guion. Jordi Turull, vicepresidente de Junts y uno de los exconsejeros indultados, ha insistido en que tiene la certeza de que fue el Gobierno central el que vetó tanto su nombre como el de Jordi Sànchez, secretario general de Junts y también expreso. “Si Jordi Sànchez es bueno para encerrarse con él y firmar un acuerdo que le hace presidente de la Generalitat (a Aragonès) y llegar a un acuerdo, también tiene que ser bueno para estar a su lado dialogando con el Estado”, ha afirmado. En declaraciones a TV3, el exconsejero ha rechazado de plano la idea de negociar sin prisas al alegar que “la represión” va en Cataluña “con mucha prisa” y ha destacado que este mismo miércoles los miembros de la Mesa del Parlament fueron citados a declarar por permitir un debate sobre la Monarquía y la autodeterminación.
Con todo, Turull vaticina que Aragonès acabará aceptando los nombres de los candidatos de Junts al sostener que son personas de la “más alta responsabilidad” dentro del partido y que, por tanto, se acabará llegando a un acuerdo en ese sentido. No ha ocultado tampoco su escepticismo con una mesa cuyo orden de día no se conocía con antelación. Pese a la enorme fractura en el seno del Ejecutivo, Turull ha augurado que el Govern no se romperá hasta, eso sí, que “el Tribunal Supremo quiera”. Artadi, vicepresidenta de Junts, ha restado valor al órgano negociador que este miércoles echó a andar al alegar que solo estuvo representado en él la “minoría del independentismo” y que acabó siendo “una mesa de partidos” porque ERC se representó a sí misma y no al Govern. La diputada hacía referencia a que Junts (32 diputados) y la CUP (8) suman más escaños juntos que ERC (33). La CUP, sin embargo, rechazó desde el primer momento formar parte del Gobierno catalán.
Artadi ha insistido, en declaraciones a La 2 y en Radio 4, en culpar al Gobierno del “veto” por no querer tener en el otro lado de la mesa a los políticos indultados y ha deslizado que le cuesta mucho creer que la imposición partiera de Aragonès. Al igual que Turull, Artadi tampoco ha aportado pruebas de la supuesta imposición del Gobierno de Pedro Sánchez. Como Turull, también ha negado que exista una crisis de Govern pero sí ha recalcado que queda “claramente muy tocado el elemento central que ERC ponía sobre la mesa como el de la “supuesta” mesa de diálogo. “La mesa queda muy tocada. El resultado fue muy pobre. Hace falta una reflexión profunda ante la ausencia de avances”, ha subrayado.
Varios diputados de la CUP han coincidido en afirmar que la mesa solo sirvió para debilitar al independentismo y para que ERC y Junts se tiraran la mesa “por la cabeza”, en palabras de Eulàlia Reguant. “No tenían orden de día, ni sabían quien acudiría ni horizonte político para tensionar al Estado”. La CUP participó en una protesta este miércoles a la que acudieron un centenar de personas.
ERC y Junts han votado juntos en el Parlament una propuesta del PSC para formar una mesa catalana de partidos
La magnitud del estropicio entre los dos socios del Ejecutivo catalán se visualizará probablemente en el debate de política general del próximo 28, 29 y 30 de septiembre. Los dos socios sin embargo se necesitan mutuamente para gobernar y no es probable que vaya a producirse un cambio de pareja de baile ni un giro de guion de 180 grados. Al menos en el plano institucional, este jueves, en el Parlament, los dos partidos han evitado lanzarse reproches en una tregua parlamentaria. En la Comisión de Asuntos Institucionales, los dos han votado en contra de la propuesta del PSC de crear una mesa de diálogo para partidos catalanes y superar el conflicto. Solo los comunes han apoyado la idea. El resto de grupos, los independentistas más Ciudadanos, PP y Vox, la han rechazado.
Joan Canadell, diputado de Junts, ha argumentado que la mesa de diálogo es el Parlament y en tono irónico ha apuntado si también habría vetos. Con sorna, ha invitado al PSOE a crear una mesa de partidos con el PP porque este partido deberá velar finalmente cualquier acuerdo que haya en la mesa de diálogo. “De ustedes depende que haya un nuevo embate del independentismo”, ha dicho señalando que habrá fotos “peores” que las del referéndum del 1-O.
Jordina Freixanet, diputada de Esquerra, le ha dado la vuelta a la tortilla y ha invitado a los socialistas a sumarse al acuerdo en favor de la autodeterminación y la amnistía que propone Aragonès. “¿Dónde ponemos el retrovisor?”, ha dicho la diputada de ERC criticando la agenda del reencuentro que proponen los socialistas. “Hemos logrado lo imposible: que el Estado se siente y hable. Y no ha sido por el PSC”, ha dicho en alusión a que ha alimentado “la crispación”.
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