En 2021, BTS, el grupo de pop coreano más popular del mundo, fue más mencionado que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez por los usuarios de Twitter en España; y también que una de las personalidades más populares del momento, Ibai Llanos. Ese año, los tuits relacionados con el k-pop alcanzaron los 7.800 millones en todo el mundo. El segundo tuit más compartido, por detrás del mensaje de Joe Biden tras ser investido presidente de Estados Unidos, fue un selfi con un emoticono de un beso, tuiteado por uno de los miembros de BTS, Jeon Jung-Kook, que fue retuiteado casi un millón de veces y recibió más de tres millones de me gusta. En España, este género musical alcanzó el primer lugar en las conversaciones sobre música, superando al pop y al reguetón.
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Las cifras que acompañan a BTS (siglas de boy scouts a prueba de balas en coreano) y los récords que han batido solo están a la altura de los Beatles. Y, en algunos aspectos, los surcoreanos han superado al cuarteto de Liverpool. La magnitud que ha alcanzado no solo este grupo, sino el conjunto de artistas musicales de Corea del Sur, no tiene precedentes y algo que lo refleja es la enorme influencia que tienen tanto ellos como sus seguidores en Twitter, la plataforma de conversación con casi 400 millones de usuarios (según el portal de posicionamiento web Blacklingo).
BTS tiene dos perfiles oficiales principales en Twitter: uno, con más de 45 millones de seguidores y otro, con más de 38. Con el primero, supera la cifra del perfil principal del Real Madrid, del Barça y de la influencer Kylie Jenner. La cuenta dedicada a los personajes ficticios que diseñaron los siete miembros del grupo para vender productos de marketing se acerca a los 12 millones. El éxito de esos perfiles repercute de forma inequívoca en el resto de cuentas gestionadas por su agencia de representación, HYBE: el perfil de la empresa cuenta con más de tres millones de seguidores, en el de productos de merchandising de los distintos grupos que representa (como TXT, Seventeen o Enhypen) acumula más de cinco millones y en el de su filial japonesa prácticamente alcanza el medio millón.
El efecto dominó se traslada también al resto de grandes grupos musicales. Los seguidores de cualquiera de ellos suelen interesarse por el resto. Blackpink, el grupo de mujeres con más éxito en los últimos años, alcanza los ocho millones en una cuenta y los seis en otra, y EXO, de la misma generación que este último y que BTS, está al borde de los 13. Los grupos más veteranos, con integrantes que rondan los 40 años, tienen una actividad algo más institucional, mientras que los debutantes más recientes interactúan de forma mucho más directa con su público y suben selfis, les hacen preguntas, tuitean sus pensamientos, los animan…
Resulta llamativo que los artistas utilicen Twitter y otras plataformas (como Weverse y VLive, específicas para contenidos relacionados con este tipo de música) para crear sus perfiles incluso antes de debutar, cuando aún son aspirantes, e ir construyendo una comunidad, según explica por videollamada a EL PAÍS Kim Yeon-Jeong, responsable de K-pop Global en Twitter Corea.
‘‘El año pasado descubrimos que los grupos de cuarta generación (debutantes a partir de 2018) tuitean 5,8 veces más que los de segunda generación, como Super Junior (que debutó en 2005), y el doble que la tercera generación, como EXO o Blackpink (en activo desde 2012 y 2016, respectivamente). Los artistas de la cuarta generación se acercan más a los admiradores, de una forma muy amistosa. Ahora, la relación es más horizontal’’, cuenta.
La trascendencia que alcanza la cultura coreana en Twitter y en otras plataformas no se traduce solo en el enorme número de interacciones, sino también en su influencia directa en el panorama social. Unos días después del asesinato de George Floyd a manos de un policía de Minneapolis (Minnesota, EE UU) en mayo de 2020, BTS tuiteó que estaba en contra de la discriminación racial y condenaba la violencia y donó un millón de dólares al movimiento Black Lives Matter. En 24 horas, una organización caritativa gestionada por sus fans igualó la donación y recaudó otro millón de dólares para la causa, siguiendo la estela de sus ídolos. ‘‘Fue increíble ver cómo unos fans pueden dirigir movimientos así e influir en el mundo para que seamos mejores’’, comenta Kim Yeon-Jeong.
Según la representante de la compañía, en el movimiento Stop Asian Hate (contra los delitos de odio dirigidos a la comunidad asiática, que cobró importancia el año pasado) ‘‘también influyó BTS, y sus mensajes relacionados con esa causa influyeron en los fans en particular y en la gente en general’’. De hecho, su publicación al respecto se convirtió en el tuit más compartido del año.
Cuando se conoció la noticia de la invasión de Ucrania y el conflicto con Rusia, se volvió a manifestar esa enorme capacidad de movilización. Los ARMYS (como se denominan los fanáticos de BTS) de todo el mundo mostraron su solidaridad con los ARMYS ucranianos y, desde los perfiles de apoyo a ese y a otros grupos, como Stray Kids o Ateez, trataron de recaudar fondos para los afectados. Ese día también conquistaron Twitter.
Al pasar cierto tiempo observando a la comunidad de seguidores de este género musical, fascina, además del volumen descomunal de interacciones diarias, la diversidad de idiomas en las que se comunican los entusiastas. Si se atiende a la actividad de los idols (ídolos, como se denomina a los artistas del k-pop), algunos grupos y perfiles tuitean de cuando en cuando en inglés, pero lo más habitual es que la comunicación se lleve a cabo en coreano. Aun así, no supone un problema para los usuarios que no conocen el idioma, gracias a la herramienta de traducción que ofrece Twitter.
Kim Yeon-Jeong describe la relación entre los miembros como una ‘‘diversidad en la unión’’. ‘‘Esta comunidad es una de las más diversas. Los aficionados están muy unidos como grupo, pero al mismo tiempo son muy variados en cuanto a su país de origen, idioma, etc.’’ Además de eso, les caracteriza el respeto y el apoyo que se respiran en los contenidos que suben los seguidores de unos y otros grupos. ‘‘Probablemente, son fans muy distintos a los de equipos de fútbol’’, reconoce Kim.
En el caso del k-pop, resulta difícil encontrar discusiones entre seguidores de distintos artistas o faltas de respeto hacia los ídolos a los que no se admira. ‘‘Sería factible que entre un grupo específico muy popular y otro, como BTS y EXO, hubiera cierto tipo de rivalidad, pero en general apoyan a su grupo favorito de una forma muy positiva’’, insiste Kim.
Kim YeonJeong en las oficinas de Twitter en Seúl (Corea del Sur).Twitter
Algunos incluso apoyan a todos los grupos de una misma compañía. Por ejemplo, al conjunto de artistas de SM (la agencia que fundó en 1996 el primer grupo de k-pop como tal, H.OT.). ‘’Es una cultura única y que muestra mucha dedicación’’, explica Kim. Ese tipo de dedicación tiene nombre en coreano: 총공 (chonggong), que significa ‘‘ataque total’’ en sentido positivo. Cuando es el cumpleaños de un artista o se acerca la fecha de publicación de un álbum, los usuarios inundan la plataforma de mensajes relacionados con el asunto del día.
Un ejemplo paradigmático de chonggong se produjo hace tan solo unos días a raíz de los premios musicales Grammy. BTS recibió una nominación a la mejor interpretación de dúo o grupo pop por su canción íntegramente en inglés Dynamite (dinamita); la segunda consecutiva. La jornada de la entrega de premios (y los días anteriores) la conversación sobre la gala estaba dominada por los seguidores del grupo, en parte porque también iba a actuar en el evento. El artista o grupo sobre el que más se tuiteó, según datos de Twitter, fue BTS, por delante de Olivia Rodrigo, la nueva estrella, que recibió tres galardones, y del resto. Y todo a pesar de no haber salido victoriosos.
También protagonizaron los tuits más compartidos de la noche. Algunos se publicaron desde su perfil oficial y otros que no subieron ellos tuvieron tanto éxito precisamente porque aparecían los siete ídolos, como se puede comprobar en los que compartieron las publicaciones de entretenimiento E! News y Entertainment Tonight.
Poco a poco, las series surcoreanas, los k-dramas, también han ido dominando las conversaciones en la plataforma, puesto que todo lo que tiene que ver con este país se ha popularizado extremadamente durante los últimos años, gracias en buena parte a las redes sociales, y, además, bastante antes de que Netflix produjera El juego del calamar y de que Parásitos ganara el Oscar a mejor película. La llamada ‘‘ola coreana’’, 한류 (hallyu, en coreano), acapara cada vez una mayor presencia en la cultura global y en la española. Kim Yeon-Jeong defiende que la forma en la que eso se manifiesta en Twitter se debe a que en esa plataforma ‘‘los fans pueden encontrar lo que está pasando en el mundo del k-pop de forma muy sencilla’’.
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