Fosa en la que fueron hallados semienterrados los cuerpos de un hombre y una mujer en el barranco del Grifo, en el término municipal de Elche (Alicante).JOAQUIN DE HARO RODRIGUEZ
Kamal Mohamed y Elisabet Ramos se conocieron en la prisión alicantina de Fontcalent. Corría el año 2017. Ella, española de Aspe (Alicante) tenía entonces 28 años, y cumplía una condena de año y medio por un delito de tráfico de drogas. Él, melillense de origen marroquí de 32 años, estaba en prisión preventiva como presunto líder de una organización que introducía grandes cantidades de hachís en la península por la costa murciana procedentes de Marruecos, concretamente de la organización de Abdellah El Haj Sadek, afamado narcotraficante conocido popularmente como el Messi del hachís y que huyó de la justicia española en 2019.
Kamal había sido detenido en 2017, junto a otras 17 personas, por la Policía Nacional en la llamada Operación Charter, en la que también fueron investigados varios agentes de la Guardia Civil de Melilla, de quienes supuestamente era confidente. Desde entonces la policía no le perdió de vista.
Ambos, Kamal y Elisabet, salieron de prisión y volvieron a encontrarse en la calle y comenzaron una relación sentimental pública y conocida por su entorno hasta que el 8 de junio de 2019 desaparecieron, como si se los hubiese tragado la tierra. Nada se volvió a saber de ellos hasta que el pasado domingo 6 de febrero un excursionista se topó con un cráneo humano y un fémur mientras paseaba por el Barranco del Grifo, un paraje agreste en las afueras de Elche, a escasos diez kilómetros de donde la pareja se estaba terminando su casa.
Los estudios preliminares realizados por los forenses y la policía apuntan a que uno de los cuerpos, enterrados amordazados y maniatados juntos, pertenece a Kamal. Falta por confirmar que los otros restos óseos pertenecen a Elisabet, aunque todo hace presagiar que así sea puesto que en el mismo lugar han sido hallados objetos de su pertenencia, según revelan fuentes del caso. El macabro hallazgo ha abierto una nueva investigación para tratar de averiguar qué pudo sucederle a la pareja.
Tras recibir la denuncia de su desaparición en junio de 2019, presentada tanto por los familiares de ella como por los de él, agentes de la Guardia Civil acudieron a la vivienda que compartían. “Estaba todo revuelto, como si hubiesen robado, y había restos de sangre”, aseguran fuentes de la investigación. Comenzó entonces una búsqueda que llegó a ubicarlos en Portugal, según revelan las mismas fuentes, pero que siempre resultó infructuosa. Los confidentes policiales comenzaron a decir que “los habían matado”.
Meses antes de la desaparición de la pareja, en el mes de abril, se produjo un tiroteo de madrugada entre narcotraficantes en la coveta Fumà, en El Campello (Alicante). Fue una persecución en la que unos trataban de robarle a los otros una importante cantidad de hachís que acababa de ser desembarcado. La Guardia Civil detuvo a ocho personas.
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Concretamente, según revelaron las investigaciones policiales después, se trataba de miembros de la conocida como banda del Negro, un colaborador habitual de Kamal asentado en Murcia, también de origen marroquí, que pretendía robarles la mercancía a unos narcos franceses. El nexo entre todos ellos era Kamal, según fuentes policiales. “Él era el intermediario y el que se encargaba del transporte, había traído 2.000 kilos de hachís desde Marruecos para unos franceses pero, al mismo tiempo, le había dado el chivatazo al Negro para que hiciera un vuelco [robo de droga]”, relatan las mismas fuentes.
El negocio salió mal para todos, ya que el grupo de crimen organizado de la Policía Nacional (GRECO Levante) seguía muy de cerca entonces los pasos a Kamal y logró interceptar la droga en una nave de un pueblo murciano, junto a una buena cantidad de armas, entre las que había un kaláshnikov. Los casquillos requisados por los agentes de la Guardia Civil en el tiroteo de El Campello coincidían con las armas incautadas por la policía. Los agentes sospechan que “alguien” de los grupos implicados en esa partida de droga se dio cuenta del doble juego de Kamal y quiso hacérselo pagar muy caro.
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