John Wick 4 se estrenó el pasado marzo, en lo que parecía una conclusión narrativa para el mercenario. Un adiós o un “hasta luego”, según como se mire, pues todavía tenemos por delante el desarrollo de una quinta entrega, a pesar de que los deseos de Keanu Reeves sea el asesinato definitivo de su personaje.
Hablar del fin de Baba Yaga no es, ni mucho menos, cerrar la franquicia. El universo propiedad de Lionsgate estrenó hace unos días la serie precuela El Continental, el hotel neutral de Nueva York donde el código de la Alta Mesa impide cualquier tipo de asesinato. Además, en 2024 podremos ver el spin-off Ballerina, protagonizada por Ana de Armas que se situará cronológicamente entre John Wick: Parabellum y John Wick: capítulo 4. Pero extensiones de este mundo de asesinos aparte, Reeves tiene una sencilla razón para querer que maten a su personaje para siempre: su cansancio físico.
“Después de la segunda, tercera y cuarta película, hacer estas películas es muy agotador y destruye a Keanu, física y emocionalmente”, le contaba el productor Basil Iwanyk al medio Collider. Iwanyk contó además que al final, el actor de Speed siempre dice eso de “No puedo hacer esto otra vez”, pero que al final siempre se lanza y lo intenta de nuevo, a pesar de que desde la producción del proyecto estén de acuerdo con él, hasta que al final le dijo durante el anterior rodaje: “Quiero que me maten definitivamente al final de esta película”.
Y es que no es ningún secreto la dedicación personal que Reeves le tiene al trabajo de los especialistas, lo que lo deja a menudo completamente fatigado tras el rodaje. El material tras las cámaras puede se puede ver habitualmente en internet, con el actor aprendiendo los movimientos y llaves, además de asistir a clases de tiro y de aprender a manejar un arma.
‘John Wick 5’: Algo que todos desean
No es ningún secreto que aunque John Wick: Capítulo 4 haya supuesto un punto y final (o aparte) narrativo para el personaje, todos los fans quieren seguir viendo como el mercenario continua matando indiscriminadamente a otros mercenarios por todo el mundo. Una sensación que incluso es compartida con los propios dirigentes del proyecto.
“Será necesario que todos intentemos resolverlo. ¿Lo hemos resuelto? No. Y si no podemos resolverlo, ¿habrá una? No, por supuesto que no. Nadie lo intentará”, terminaba de explicar Iwanyk.