Kiko Matamoros va camino de cumplir tres semanas en Supervivientes. El colaborador de Sálvame se mostraba muy emocionado días antes de emprender esta experiencia extrema que le marcará de por vida. Después de pasar unos días algo complicados al ser acribillado por los mosquitos por todas las partes de su cuerpo, el padre de Diego Matamoros ha sufrido una aparatosa caía que, afortunadamente ha quedado en un susto.
Una de las tareas de los participantes es buscar troncos para poder mantener la leña. Ha sido entonces cuando Kiko y el resto de sus compañeros de Playa Fatal cuando se han dirigido a la zona con más árboles de la localización para poder encontrar algo de leña. Al coger uno de los troncos de gran tamaño, Matamoros ha tropezado perdiendo así el equilibrio, lo que ha provocado que se cayera en la arena. Nada más ver este percance, Tania y Anabel Pantoja no han dudado en mostrar su preocupación.
Tras lo ocurrido, Kiko Matamoros se ha levantado con normalidad y ha tranquilizado a los concursantes, asegurando que se encontraba bien pese al susto que se había llevado. Aunque no ha sufrido daños mayores, sí que se miraba la mano tras el incidente. El contertuliano se enfrenta a una semana decisiva en el concurso, ya que es la segunda vez que se enfrenta a la expulsión.
Sus problemas de salud en Honduras
A principios de este mes, Kiko Matamoros vivía uno de sus momentos más complicados en el concurso más extremo de la televisión. Estuvo durante varias horas vomitando y fue atacado fuertemente por los mosquitos. Dada la gravedad de este asunto, los servicios sanitarios tuvieron que atenderle. “He vomitado el único coco que me comido, llevo todo el día con diarrea y tengo las manos y la cara deformadas por las picaduras (…) Estoy destrozado y harto de todo», expresó muy desanimado.
Al encontrarse indispuesto no pudo realizar la prueba de recompensa de aquella semana. Kiko Matamoros reconoció a Lara Álvarez que estaba “jodido”. “Pero, bueno, animado y agradecido a los compañeros”, añadió. Aunque es cierto que a Kiko se le pasó por la cabeza dejar el concurso, rápidamente se le olvidó esa idea y dejó claro que quería continuar. «Tengo un amago de rotura en el cuádriceps, no quiero hacer un esfuerzo que me saque del concurso», explicó.
A estos achaques de salud, se le suma que Kiko echa mucho de menos a sus familiares, en especial a su pareja, Marta Lozano. La modelo se ha convertido en la fiel defensora de Matamoros en el plató. Ahora, queda esperar unos días para saber si la audiencia vuelve a salvar al televisivo o, por el contrario deciden que sea un nuevo expulsado del formato presentado por Jorge Javier Vázquez.
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