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Kirchner acusa a la Corte Suprema argentina de tener “escrita y firmada” su condena por presunta corrupción

Kirchner acusa a la Corte Suprema argentina de tener “escrita y firmada” su condena por presunta corrupción


La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, saluda junto al presidente, Alberto Fernández, durante el acto por el centenario de la petrolera estatal YPF, el 3 de junio de 2022.AGUSTIN MARCARIAN (REUTERS)

Cristina Kirchner tiene su propia agenda de prioridades en Argentina. En un vídeo de siete minutos que subió el lunes a sus redes sociales, la vicepresidenta atacó con dureza a la Corte Suprema, a la que acusó de tener “escrita y, a esta altura, hasta firmada” una condena en su contra. La atención de Kirchner está puesta en la “causa Vialidad”, que investiga el presunto desvío de fondos de la obra pública a favor de un empresario kirchnerista que está preso por lavado de dinero. La número dos del Gobierno exhortó a los partidos políticos a construir un nuevo tribunal que emule aquel que en 2003 impulsó su marido, el expresidente Néstor Kirchner, para terminar con la llamada “mayoría automática” de la Corte menemista de los años noventa. Con el tribunal actual, dijo la vicepresidenta, “será muy difícil mejorar las condiciones de vida” de la gente.

La guerra entre el kirchnerismo y la Corte Suprema no es nueva. Empezó durante el Gobierno de Cristina Kirchner, cuando declaró inconstitucional una ambiciosa reforma judicial. Y recrudeció durante la gestión de Mauricio Macri, periodo en que los tribunales federales aceleraron decenas de expedientes contra altos funcionarios kirchneristas acusados de corrupción. Kirchner estuvo involucrada en una docena de causas, hasta que en 2019 llegó al poder Alberto Fernández, su delfín político. Los mismos jueces que la investigaban archivaron uno a uno los expedientes; pero sobrevivió la “causa Vialidad”, donde la vicepresidenta está más comprometida.

La acusación considera a Kirchner jefa de una asociación ilícita encargada de enriquecerse con dinero de la obra pública. El 1 de agosto,un fiscal deberá mostrar las pruebas que incriminan a Kirchner y a un empresario de su entorno, Lázaro Báez, que de la noche a la mañana se hizo millonario gracias a los contratos que obtuvo para construir carreteras en la provincia patagónica de Santa Cruz.

Si todo sigue su curso, la sentencia contra Kirchner estará lista para fin de año. El lunes, la vicepresidenta denunció que la Corte ya tiene puesta la firma en lo que, anticipa, será una condena . Ha sido el último capítulo de una batalla que corre paralela a otras miserias de la política argentina, como la que libran Kirchner y el presidente Fernández. Las disputas de palacio tienen al país en vilo, mientras la economía se derrumba. Este martes, la cotización del dólar en el mercado informal alcanzó los 300 pesos, su mayor valor desde la debacle económica de 2001. La inflación, en tanto, alcanza el 64%, con pronósticos por encima del 90% para diciembre.

Kirchner acusó a los supremos de ser parte del problema. Y para ello hizo un largo recorrido histórico que arranca con lo que llamó “una Corte ejemplar”, aquella de 2003. Esa Corte fue la que derogó, por ejemplo, las leyes de impunidad que protegían a los represores de la dictadura. Pero la relación pronto se lesionó con fallos que la Casa Rosada consideraba contrarios a sus intereses. La debacle, según Kirchner, empezó en 2015, cuando el expresidente Mauricio Macri nombró por decreto a dos supremos, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, sin pasar por el Congreso, como exige la Constitución. “Este episodio constituyó, sin lugar a dudas, un punto de inflexión en la historia del Poder Judicial argentino y la antesala del proceso de persecución política, judicial y mediática que se desató en toda la región con ejes muy claros en Brasil, Argentina y Ecuador”, dijo Kirchner en el vídeo. Meses más tarde, aquellos nombramientos a dedo que hizo Macri fueron aprobados por el Senado.

La conformación de la Corte siempre estuvo en la mira de los Gobierno de turno en Argentina. Mientras aquellos que están en la Casa Rosada intentan controlarla, los que están en la oposición se consideran víctimas. En julio de 2020, en el peor momento de la pandemia, el presidente Alberto Fernández presentó un proyecto de ley que licuaba el poder de los jueces federales, encargados de las causas por corrupción. Mientras tanto, ya circulaba en la prensa un presunto proyecto para elevar de cinco a nueve el número de jueces de la Corte Suprema, una reforma que podría haber abierto la puerta a una mayoría afín al oficialismo.

Nada de eso pasó. La ley de Fernández encalló en el Congreso, donde no tenía mayoría, y la Corte se quedó como estaba. Los problemas económicos y las peleas en la coalición de Gobierno cambiaron las prioridades. De la agenda judicial se pasó a la supervivencia. Hasta este martes, cuando Kirchner volvió a la carga contra los jueces.

Para la vicepresidenta, la Corte ha convertido al Poder Judicial en un “partido político protector del macrismo” y “perseguidor” de los dirigentes de otras fuerzas. Y criticó que los supremos hayan rechazado uno por uno todos los recursos que sus defensores presentaron en la “causa Vialidad”, la única en la que está siendo juzgada. “Dio un aval anticipado para la condena que, tal como dije el 1 de diciembre de 2019 ante el Tribunal Oral, ya la tienen escrita y creo, a esta altura, hasta firmada”. Criticó también la jugada que en abril pasado permitió a la Corte recuperar la conformación original del Consejo de la Magistratura, el órgano encargado de nombrar y enjuiciar a los jueces.

He reflexionado sobre el mensaje que ayer difundió @CFKArgentina.
He visto que muchos eligen criticar las formas para evitar el verdadero problema que enfrentamos: nuestra justicia está deslegitimada y necesita, de manera urgente, una reforma profunda y democrática. https://t.co/DBF38JuBLp

— Alberto Fernández (@alferdez) July 19, 2022

El presidente Fernández se tomó casi 24 horas para opinar sobre el vídeo de su vicepresidenta. “He reflexionado sobre el mensaje que ayer difundió @CFKArgentina. He visto que muchos eligen criticar las formas para evitar el verdadero problema que enfrentamos: nuestra justicia está deslegitimada y necesita, de manera urgente, una reforma profunda y democrática”, escribió Fernández en Twitter. “La vicepresidenta ha afirmado que en una causa en la que se la enjuicia y en la que el fiscal aún no ha formulado su acusación, su sentencia ya está escrita. Esa afirmación pone en crisis la objetividad del sistema de justicia y la idoneidad moral de los miembros del tribunal”, agregó.

No ha habido respuesta desde la Corte. Tampoco desde los tribunales federales, el otro objetivo de la vicepresidenta. La oposición, en tanto, ha criticado el vídeo con dureza. La exgobernadora de la provincia de Buenos Aires, la macrista María Eugenia Vidal, dijo que “refleja a una vice que tiene urgencias distintas a las de la mayoría de los argentinos”. “Ella está preocupada por su causa judicial, los argentinos están preocupados por cómo llegar a fin de mes”, dijo al canal de noticias TN. Patricia Bullrich, presidenta del PRO, el partido de Mauricio Macri, se preguntaba qué hubiese pasado si desde el Poder Judicial atacaban al Poder Ejecutivo “como lo hizo CFK”. “¿No sería acusado de golpista?”, planteó.

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