Tras convertirse en una referente mundial del orden con series en Netflix incluidas, Marie Kondo sorprendió últimamente con declaraciones en las que reconocía que las cosas no eran tan fáciles criando tres hijos y el orden entonces desaparecía. Independientemente de eso, muchos se fijaron en el nuevo método de Marie Kondo para la felicidad: Kurashi.
En su reciente libro «Marie Kondo’s Kurashi at Home: How to Organize Your Space and Achieve Your Ideal Life», esta reconocida gurú de la organización analizó cómo ha evolucionado su vida desde que es madre.
¿Qué es el método Kurashi?
En aquella publicación, la empresaria japonesa ofrece algunas pistas sobre cómo convive con su familia. Descartada la posibilidad del orden total con tres criaturas en la casa, ha desarrollado una idea superadora.
La asiática afirma que ahora sólo aspira a «una vida que despierte alegría», en la que sea prioritario responder preguntas básicas como para qué está cada espacio de la vivienda y de qué forma se espera que se use.
Kurashi no es otra cosa que la traducción literal del japonés para «estilo de vida» y lo que hace Kondo es contarnos cómo es su estilo de vida desde hace un tiempo, reacomodando las estancias y conservando «lo que da felicidad».
«Como profesional del orden, a veces me presiono con expectativas de que mi casa debe estar siempre en orden» explica, para luego detallar que trabaja en recordarse a sí misma que, a veces, debe dejar de lado la perfección.
¿Cuál es el nuevo objetivo de Marie Kondo?
La consultora añade en su obra que sus objetivos diarios pasan porque sus hijos «estén sanos y felices», y agrega a esa premisa una rutina en la que ella misma no se agote. Así que, más de una vez, deja los juguetes sin guardar.
Acerca de los límites asegura que, en el instante en el que el desorden empieza a ser molesto, aborda el problema. Claro que sobrellevar tan bien la situación sería imposible sin dividirse las tareas hogareñas con su esposo, con quien diariamente coordinan las obligaciones de ambos para que no llegue el final del día con algo pendiente.
Finalmente, Kondo invita a que ordenar la casa no sea sólo un asunto de los adultos sino que los niños colaboren. Enseñarles que las cosas tienen un lugar y que hay que devolverlas a ese sitio es un modo de involucrarlos. Lo ideal es adoptar el método que a cada uno le vaya mejor.
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