Hace un par de años, la política de Netflix consistía en un estreno constante de contenido. La plataforma llenaba su catálogo de grandes producciones todos los meses, sin importar el género ni la fronteras. Así, dieron luz verde a proyectos titánicos como Tyler Rake, Alerta roja, El proyecto Adam o El agente invisible, aparte de producir multitud de series y costosas historias de animación. Ahora, “la gran N roja” maneja un perfil de generar menos contenido, pero que de la misma forma intente apuntar más hacia la diana de lo que desean sus suscriptores. Por eso, sorprende la nueva producción que la plataforma acaba de estrenar y que ya es nuestra película favorita: Agente Stone.
La sinopsis oficial de Agente Stone es la siguiente: “La agente de inteligencia Rachel Stone (gal Gadot) debe embarcarse en una peligrosa misión para proteger el misterioso MacGuffin conocido como “The Heart” (El corazón). Stone recibe el encargo de la operación de una organización por el mantenimiento de la paz conocida como Charter, que trata de evitar que el objeto caiga en manos enemigas”.
Agente Stone se estrenó en la plataforma el pasado 11 de agosto y en pocas horas, se ha convertido en la película más vista de Netflix. Del mismo modo, se espera que este thriller de espionaje termine convirtiéndose en una de las ficciones históricas con más visualizaciones en su aplicación. No es para menos, con un presupuesto de más de 100 millones de dólares, aparte de contar con la estrella internacional de Gadot, la historia cuenta también con rostros reconocidos como Jamie Dornan, Sophie Okonedo, Matthias Schweighöfer, Alia Bhatt, Jing Lusi y Paul Ready, entre otros.
Además de estar producida por Netflix, la productora Skydance, encargada de firmar sagas de acción tan exitosas como Misión Imposible ha producido Agente Stone en un intento de la empresa californiana por comenzar a construir sus propias franquicias originales. Y es que a diferencia de sus principales rivales como HBO Max o Disney +, la empresa fundada por Red Hastings y Marc Randolph no posee potentes marcas como Star Wars, Indiana Jones, Marvel, DC o Harry Potter. Por lo que si quiere sobrevivir en un tiempo en el que las IP lo son todo en el consumo de este nuevo paradigma de la industria audiovisual, tiene que poder crear relatos memorables que enganchen de verdad a su audiencia.
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