La Administración de Joe Biden ha anunciado este miércoles la reapertura del programa de Menores Centroamericanos (CAM), que tiene como objetivo reunir a los niños de El Salvador, Guatemala y Honduras que cumplan ciertos requisitos, con sus padres que están legalmente en Estados Unidos. Roberta Jacobson, coordinadora de asuntos para la frontera sur, ha explicado que la medida es parte de los esfuerzos para ofrecer más alternativas legales a quienes necesitan ingresar al país, pero fue clara en que no son bienvenidos si no tienen los documentos en regla. “La frontera está cerrada. No es el momento, nunca lo es, de llegar a Estados Unidos de manera irregular”, dijo.
En diciembre de 2014, en pleno pico de la llegada de niños solos a EE UU, el entonces presidente Barack Obama creó el programa CAM, pero la Administración de Donald Trump le puso fin en 2017. El Departamento de Estado ha detallado en un comunicado que el restablecimiento de esta iniciativa contará con dos fases. En la primera, procesarán las solicitudes que se paralizaron en 2017. Para esto, las agencias deberán verificar que los padres todavía están legalmente en Estados Unidos y desean reabrir el caso de su hijo. En la segunda, comenzarán a aceptar nuevas solicitudes. La Administración prevé que los primeros contactos con los padres arrancarán la próxima semana.
La coordinadora fronteriza sostuvo que, hasta ahora, han admitido a más de 1.400 solicitantes de asilo que la Administración Trump había obligado a esperar en México bajo el programa Protocolos de Protección de Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés). El Gobierno de Biden ha rechazado la idea de que hay una “crisis” en la frontera. Sin embargo, el número de niños no acompañados que han llegado se ha triplicado en las últimas dos semanas, saturando las instalaciones de acogida. Preguntada por el incremento en las cifras, Jacobson aseguró que puede estar impulsado en parte por una sensación de “esperanza” entre los migrantes. “Había una esperanza significativa de una política más humana” que la de la era Trump, dijo.
En enero, el mes en que Biden asumió la presidencia, la policía fronteriza interceptó cerca de 78.000 migrantes, la cifra más alta para ese mes en 10 años. La mayoría eran adultos o familias que fueron devueltos rápidamente bajo la normativa de emergencia por la pandemia, instaurada por Trump y aún vigente. Del total, 5.800 eran niños no acompañados, que el Gobierno estadounidense debe, por ley, asumir bajo su custodia y encontrar un espacio para acogerlos. Jacobson afirmó que la Administración ha adoptado “múltiples compromisos” con los Gobiernos de México, Guatemala y Honduras sobre las preocupaciones actuales de la migración a Estados Unidos.
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