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La alineación indebida del sudafricano Gavin Van den Berg deja a España sin Mundial de Rugby


El rugby español ha tirado por tierra una oportunidad histórica para crecer y no jugará el Mundial de Francia en 2023. La alineación indebida del jugador de origen sudafricano, Gavin Van den Berg, para dos partidos que la selección española ganó por más de 40 puntos ha provocado que World Rugby haya decidido este jueves anular esas dos victorias y, por tanto, España queda fuera del campeonato. El reglamento es inmisericorde y la decisión de la federación internacional arrebata a España lo que pareció conseguir el mes pasado: su primera clasificación para un Mundial tras 24 años de ausencia. La decisión supone la clasificación de Rumania, más una plaza en la repesca para Portugal.

España había conseguido la plaza directa al Mundial que se disputará el próximo año en Francia al ser la segunda mejor selección del Seis Naciones B, el segundo torneo europeo, en el cómputo de los dos últimos años. Este proceso culminó con dos victorias de mérito en Madrid ante Rumania y Portugal. Pero los rumanos detectaron la anomalía que les ha servido para hacerse con la plaza.

Van den Berg debutó con el Burgos el 15 de septiembre de 2018. Para ser seleccionable, el reglamento exige que pasen 36 meses desde ese momento sin abandonar el país durante más de 60 días. El pilier ficharía por el Alcobendas en la temporada que desembocó en la pandemia. En aquellos meses, el sudafricano regresó a su país por una enfermedad de su padre y la conclusión es que excedió ese plazo permitido o que no hay prueba válida de que volvió a tiempo. El documento en cuestión es una fotocopia de su pasaporte en la que acredita que su reingreso en el país se produjo sin vulnerar el plazo estipulado. Según fuentes federativas, ese documento no aparece compulsado y el argumento es que el jugador perdió el pasaporte.

El jugador Gavin Van den Berg, durante un partido con su club, el Alcobendas, en 2020.Oscar J. Barroso (Europa Press via Getty Images)

World Rugby ha restringido los criterios de elegibilidad de jugadores extranjeros para proteger el futuro de países formadores como las islas polinesias, que no pueden competir en recursos con las grandes ligas francesas o inglesas donde militan sus jugadores. Las alineaciones de los grandes países europeos están repletas de foráneos, tanto de las grandes potencias –neozelandeses o sudafricanos que no entran en la élite de su país– como de países más modestos como Fiyi o Samoa, un proceso potenciado por la propia globalización.

Así las cosas, desde el 1 de enero de 2022, la exigencia se elevaba a un hilo de residencia de 60 meses o a 10 años acumulados en el país de destino. Ya sea por aprovechar la anterior normativa, más laxa, o porque la Federación no vio problemas en la documentación recibida, Van den Berg fue seleccionado el 12 de diciembre y debutó ante Países Bajos el día 18. El Consejo Superior de Deportes está en contacto con los responsables federativos para aclarar las responsabilidades.

En esencia, este delantero que se desenvuelve en la primera línea representaba otro efectivo disponible para el rugby español. La fórmula de los últimos años ha sido aprovechar el talento foráneo, tanto de jugadores que militaban en España como con otros seleccionados, fundamentalmente franceses, que jugaban en su país, pero eran elegibles por descendencia. Y que el rendimiento de la selección sirviera de acicate para seguir ampliando las bases, tanto en número como en calidad. La presencia en el Mundial era el santo grial.

El propio jugador y los representantes de la Federación Española de Rugby defendieron su caso ante el comité independiente presidido por Christopher Quinlan. El argumento es que no había intencionalidad ni dolo en la elección del jugador y que el problema viene de la documentación del Alcobendas, el club en el que milita. “Esta durísima sanción se produce como consecuencia de una presunta falsificación del pasaporte del mencionado jugador”, sostiene la federación en un comunicado, en el que informa que seguirá el procedimiento iniciado contra el club, que podría descender a Segunda División.

El drama se agrava porque España ha tropezado dos veces con la misma piedra. La selección rozó también la clasificación para el Mundial de 2019, pero cayó en Bruselas en el partido decisivo, un polémico encuentro arbitrado por un colegiado de Rumania, precisamente el país que aprovechó esa derrota para hacerse, en principio, con la plaza. El asunto se enfangó en denuncias cruzadas de alineaciones indebidas que terminó con España, Rumania y Bélgica descalificadas y Rusia, cuarta clasificada, en el Mundial. En el caso de España, fueron el apertura Mathieu Belie y el ala Bastien Fuster quienes jugaron en 2008 un encuentro con la selección sub-20 francesa y no eran elegibles para jugar con otro país.

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