EL PAÍS incorpora un nuevo espacio a su redacción de Madrid: la biblioteca Vicente Verdú. La familia del periodista, fallecido en 2018, ha donado al periódico una serie de libros y cuadros que ahora tendrán una especial presencia en el espacio de trabajo de los redactores del diario.
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Vicente Verdú (Elche, 1942 – Madrid, 2018) se incorporó a EL PAÍS en 1982. Lo hizo como jefe de Colaboraciones y fue, sucesivamente, responsable de Opinión y de Cultura y de los suplementos culturales. Tal y como recuerda su hija Soledad, él no quería ser jefe, “vio que escalar puestos le impedía escribir, que era lo que a él le gustaba. Además, confesaba que no tenía dotes de mando. Podría haber tenido cargos más altos, pero nunca le interesó”.
A lo largo de su vida, Verdú cultivó numerosas facetas: poesía, pintura o literatura. También fue un gran amante de la arquitectura. En este artículo, el periodista de la casa Juan Cruz lo recordaba como “un renacentista moderno que desde el Mediterráneo se trajo a la meseta un modo insólito de interpretar la realidad, mezclando los sabores de su tierra con el conocimiento exhaustivo de los colores del mundo.” Su hijo, Juan Verdú, señala que “siempre tuvo el anhelo de ser poeta y quizá a través de la pintura consiguió también expresar esos sentimientos que llevaba dentro”. Eduardo, su otro hijo, cuenta que “en la escritura corregía y corregía, nunca estaba contento con el resultado final, pero con la pintura era lo contrario, se sintió mucho más libre”. A través de la pintura y la poesía pudo cultivar una faceta más abstracta, evocadora y vinculada a los sentimientos, explican sus hijos.
Sus tres hijos – Soledad, Juan y Eduardo- han permitido que estas facetas de “hombre renacentista” sigan vivas a través de la donación de sus cuadros y libros al diario. A los tres les parecía que esta donación hacía que el círculo se cerrara, ya que este espacio en redacción aúna las facetas que Vicente Verdú cultivaba: literatura, periodismo, arte y arquitectura. “Los libros más los cuadros, hacen un Vicente Verdú”, afirma Eduardo. Soledad y Juan destacan que este espacio recoge sus libros y sus cuadros “y también es arquitectónico, un espacio en tres dimensiones”.
Verdú hizo muchos amigos y estuvo siempre muy vinculado al periódico. Su trabajo en el diario le permitió viajar. Algunos de los países en los que trabajó como periodista de EL PAÍS fueron Rusia o China. También cubrió el fallecimiento de Lady Di, el Mundial de Argentina en el 78 o el de Estados Unidos en el 94. “Se llevaron muy bien el uno con el otro”, comenta Eduardo, “él le dio a EL PAÍS cosas que le vinieron bien y luego el diario le regaló a él todas estas experiencias”.
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