¿En qué ha fallado el Athletic para quedarse por segunda temporada consecutiva a las puertas de Europa? “Nos ha faltado potencial ofensivo respecto a los equipos con los que intentamos estar cerca, de mitad de campo hacia adelante, el potencial ofensivo de otros equipos es superior al nuestro”. Fue la explicación de Gaizka Garitano tras perder con el Leganés y decir agur definitivamente a la séptima plaza.
41 goles es el balance realizador de los bilbaínos. El peor de los diez primeros clasificados. Raúl García ha roto récords con 15 muescas que le tienen entre los mejores artilleros del campeonato. Pero no han aparecido los actores secundarios. Y todas las miradas se dirigen hacia Iñaki Williams. 6 dianas presenta en su hoja de servicios. Ninguna desde que se reinició la Liga. Diez encuentros de sequía en los que ha sufrido un estancamiento. ¿Qué sucede con el nueve del Athletic?
Son datos muy preocupantes para una de las principales referencias ofensivas de la escuadra bilbaína. Cierto es que en muchos duelos ha partido desde la banda, sin embargo siempre acostumbra a generar alguna oportunidad. Cada vez menos. La producción de Williams ha ido menguando con el paso de las jornadas. Ha sido titular en nueve compromisos en este tramo, sin finalizar ninguno, y entró de inicio en el segundo tiempo en Eibar.
Los delanteros viven de los números y los de Iñaki son escasos. Se ha adentrado en una espiral negativa laberíntica de la que solo él podrá escapar, como si se retroalimentara en sus fallos. Por no acertar, no ha acertado ni en acciones que han quedado anuladas. Un par contra el Real Madrid y otra frente al Leganés que se fue a la madera. Un mal momento que ha quedado reflejado en los dos últimos partidos en los que ha sido sustituido. Si la cara es el espejo del alma, la del 9 reflejaba frustración. Significativo además que el jueves fuera relevado cuando el marcador de San Mamés aún reflejaba empate a cero.
Una decena de jornadas en las que Williams ha seguido sumando para su récord personal de encuentros jugados de forma consecutiva en la Liga y poco más. Su último tanto se produjo en Valladolid, en la jornada previa al confinamiento. Solo ha firmado dos goles en la segunda vuelta y no marca en San Mamés en el torneo de la regularidad desde el pasado 20 de octubre. La Copa ha sido la tabla de salvación para el delantero. Logró un doblete en Tenerife, fue el héroe ante el Barcelona y dio la asistencia a Muniain en el choque de ida frente al Granada.
Y cuando Raúl García no está acertado, ¿qué? Es el problema al que ha tenido que hacer frente Garitano durante esta resolución exprés de la Liga. El media punta ha anotado en cuatro envites. Victorias contra Mallorca, Valencia y Levante y tablas con el Eibar. En las seis citas en las que no ha logrado mandar el cuero a la red: un triunfo (Betis), un empate (Atlético) y cuatro derrotas (Barcelona, Real Madrid, Sevilla y Leganés). Si no marca Raúl García no hay alegría.