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La campana de la Bolsa suena para el fútbol español


La campana sonará este viernes por la mañana en el Palacio de la Bolsa de Madrid para recibir al fútbol. La pelota llega al parqué, una vía de financiación que hasta ahora no se había explotado en España por más que sobren ejemplos en otros países del entorno. Hasta 25 clubes europeos cotizan en sus correspondientes mercados. El Tottenham fue el primero, en 1983. Manchester United y Celtic de Glasgow también lo hacen en Reino Unido, Juventus, Lazio y Roma en Italia, Lyon en Francia, y Borussia Dortmund en Alemania. También los tres grandes portugueses (Benfica, Sporting y Oporto) y los dominadores del fútbol turco (Galatasaray, Besiktas y Fenerbahçe).

Ahora se agrega en España el Intercity, una entidad radicada en Alicante, con apenas cuatro años de trayectoria, que saltó al campo en 2017 para ascender desde entonces hasta el cuarto escalón del fútbol nacional, la Segunda Federación, donde compite, entre otros, contra el club histórico de la ciudad, el Hércules. En diciembre de 2019 se adhirió al Entorno Pre Mercado, un programa formativo de Bolsas y Mercados Españoles dirigido a aquellas compañías que quieren conocer el funcionamiento de los mercados de capitales. Casi dos años después, el Intercity ha conseguido completar un proceso que exige un destape al que ningún club de fútbol español había accedido hasta la fecha. “Quizás es más sencillo tomar este tipo de decisiones en un equipo pequeño que parte de cero y sin mochilas”, reflexiona Jesús González Nieto, director gerente de BME Growth, el mercado al que accede el Intercity.

“Somos la Bolsa de las pymes”, ilustra González Nieto. BME Growth nació en 2009 bajo la denominación de Mercado Alternativo Bursátil, supervisado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores e integrado en la Bolsa, pero con unas reglas adaptadas a la capacidad de empresas pequeñas que no disponen de ejércitos de auditores o expertos financieros que se requieren para acceder al Mercado Continuo. Compañías del sector de las energías renovables, las telecomunicaciones o tecnológicas han encontrado un canal para crecer. También FacePhi Biometría, especializada en control facial, e impulsada por Salvador Martí, el presidente del Intercity: “Esperamos repetir el éxito”.

Entrar en Bolsa no es sencillo. El Intercity se sometió a rigurosas auditorías [que en el caso del Intercity detectaron anomalías en las cuentas de los ejercicios 2018-2019 y 2019-2020], tuvieron que mostrar libros de cuentas y asumir no solo un compromiso de transparencia, sino también de buena gobernanza. De fondo se atisba la posibilidad de un cambio de rumbo para algunos clubes de fútbol. “En algún momento tenía que ocurrir”, explica González Nieto, “porque la generalización de las prácticas de transparencia y rigor financiero en los clubes profesionales les va a orientar hacia la decisión de empezar a cotizar. No es una exigencia de que entre dinero o no, es ya una exigencia social”.

En BME Growth están dispuestos a ayudar al sector futbolístico a dar el paso como ya lo hacen en otros ámbitos. El Intercity ha invitado al toque de campana a Javier Tebas, presidente de LaLiga, donde se sigue con interés el proceso y se atiende a las ventajas que ofrece cotizar en Bolsa. La más evidente es la de captar financiación en condiciones que ningún banco puede ofrecer. El Intercity parte con un valor de 4,4 millones de euros y quiere capitalizar 5,5 millones más con un precio por acción de 1,20 euros.

Traspasos detallados

”Una cosa es ser de un equipo. Y otra muy distinta es que el equipo sea tuyo”, explican en su lema para captar accionistas. Algo así sucede en la realidad: una cosa es ser, como hasta ahora, accionista de un club que es SAD, pero no cotiza en Bolsa, y otra serlo de uno donde el valor de cada acción fluctúa cada día. La Juventus y el Manchester United dispararon su cotización cuando se anunció la Superliga. Luego se desinflaron. Cuando a finales de agosto Cristiano Ronaldo llegó a Old Trafford, las acciones de su equipo se revalorizaron un 8%. Si el Intercity, como esperan sus mentores, llega al fútbol profesional, esos 1,20 euros por título adquirido se multiplicarán de manera exponencial.

“Pero un club que cotiza no sólo obtiene una financiación recurrente”, previene González Nieto. “Logra también una imagen de marca que va implícita con su deseo de ser transparente, de estar gobernado a través de un Consejo de Administración con integrantes independientes o la presencia de un comité específico de auditoría. Asumir todas esas dinámicas ofrece credibilidad no sólo ante inversores sino también de cara a proveedores, clientes o posibles socios. También ante el propio sector financiero. Los bancos no te miran igual si eres una empresa cotizada o no lo eres”, resume el director gerente de BME Growth. La credibilidad se supone cuando nada se puede ocultar. En Portugal, por ejemplo, los tres grandes clubes detallan en público sus operaciones de traspaso. Por ejemplo, la de João Félix del Benfica al Atlético la informó el club lisboeta con todo detalle, hasta el punto de describir incluso los costes del servicio de intermediación, 12 millones de euros, que asumió el Benfica. Ningún club de fútbol español explica algo así.

El Intercity, que tiene 241 accionistas y entre siete de ellos agrupan el 40% de su capital social, se mueve por ahora en otros volúmenes. Y hoy por hoy es deficitario porque apenas tienen ingresos por abonos o derechos de televisión y, según sus gestores, invierten por encima de los precios de la categoría en la que juegan para escalar cuanto antes y llegar a divisiones en las que el dinero se multiplique. Este año permite el acceso gratuito a los espectadores a cambio de la cesión municipal de un campo y mientras tanto paga salarios que superan hasta en tres veces los que puede abonar su vecino Hércules. Salir a Bolsa le ofrecerá más músculo económico a una entidad deportiva que ha creado también una estructura con 18 equipos de base.

El club tuvo el pasado ejercicio unos ingresos de 221.000 euros (principalmente subvenciones y el patrocinio de la empresa de su propio presidente) y unas pérdidas de 2,3 millones que lo dejaron al cierre de la temporada en una situación de quiebra técnica: patrimonio neto negativo de 719.801 euros, según las últimas cuentas auditadas. La empresa dice que ha subsanado esa situación justo antes de salir a Bolsa con una ampliación de capital de 807.000 euros, con lo que pasaría a tener un patrimonio de algo menos de 100.000 euros, pero sale a Bolsa valorada en 5,56 millones. El folleto informativo con los riesgos, las advertencias y las cuentas del Intercity está disponible en la web de BME.

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