El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró el pasado viernes su apoyo a la candidatura a dirigir la Organización Mundial de Comercio (OMC) de la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, lo que, con casi total certeza, convertirá a la aspirante en la primera mujer y la primera africana en ocupar esta posición.
La otra candidata, la ministra de Comercio de Corea del Sur, Yoo Myung Hee, había retirado poco antes su candidatura. Estados Unidos era el único país que apoyaba a Yoo y había expresado su veto a Okonjo-Iweala, lo que bloqueaba una decisión de consenso para elegir al nuevo responsable de la organización multilateral que debe hacerse por unanimidad. El cambio de Administración en EE UU ha permitido que Washington haya mostrado su “firme apoyo” a Okonjo-Iweala, según un representante de la Oficina de Comercio de Estados Unidos.
La nominada cuenta con un gran bagaje en la arena internacional, ya que trabajó durante 25 años en el Banco Mundial y sirvió dos mandatos como ministra de Finanzas de Nigeria. “Estados Unidos quiere trabajar con la nueva dirección de la OMC para conseguir las reformas sustantivas necesarias que necesita la organización”, expresó el representante estadounidense.
Crisis sin precedentes
El Consejo General de miembros de la OMC, órgano encargado de realizar el nombramiento, tenía previsto reunirse a principios de marzo, pero el encuentroón podría adelantarse al quedar despejada la designación. El exdirector general de la organización, Roberto Azevedo, dimitió de su cargo a finales de agosto por razones familiares tras siete años ocupando el puesto y en medio de una crisis sin precedentes en la historia del organismo.
La OMC se encarga de supervisar las reglas del comercio global y se encuentra en la que probablemente es la mayor crisis desde su fundación, en 1995, debido a las crecientes diferencias entre los principales bloques comerciales con China, Estados Unidos y la Unión Europea con visiones contrapuestas, así como las tensiones entre países en desarrollo e industrializados. Además, la Administración de Donald Trump asestó un golpe casi mortal al organismo al impedir la renovación del órgano de apelaciones, el tribunal de arbitraje que otorga a la OMC la última palabra en las disputas comerciales que se dirimen en el organismo.
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