Se ha presentado al mundo como “la cárcel más grande de toda América”, con una apabullante puesta en escena, y como uno de los principales logros de su Gobierno. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha anunciado la construcción en tan solo siete meses de una gigantesca prisión levantada en una aislada zona del país, donde las autoridades encerrarán a integrantes de las pandillas contra las que el mandatario centroamericano ha desatado una controvertida guerra, fuertemente criticada por organizaciones de derechos humanos, que acusan al Gobierno de usar la tortura, arrestos arbitrarios y desapariciones forzadas en su embestida contra las llamadas maras.
La cárcel lleva el elocuente nombre de Centro de Confinamiento del Terrorismo y dada la puesta en escena con la que el joven presidente la ha presentado, no deja dudas de que se convertirá en una pieza fundamental de su embestida contra la delincuencia, que ha dejado al menos 175 muertos en 10 meses. “El Salvador ha logrado pasar de ser el país más inseguro del mundo, al país más seguro de América”, ha escrito Bukele al presentar el centro en Twitter, su herramienta favorita para comunicar los logros de su Administración. “¿Cómo lo logramos? Metiendo a los criminales en la cárcel. ¿Hay espacio? Ahora sí. ¿Podrán dar órdenes desde adentro? No. ¿Podrán escapar? No. Una obra de sentido común”, ha afirmado.
El video con el que el mandatario presenta la nueva prisión es una puesta en escena espectacular, como lo son las presentaciones de Bukele. Inicia con una escena grabada de noche, una toma general que muestra el avance de una caravana de camionetas hasta la prisión. Sirenas, vehículos militares, soldados rodeando el complejo completan la escena, que da paso a la entrada del presidente al complejo, donde es recibido por su ministro de Seguridad, el director de la cárcel y otros funcionarios. “Bienvenido al Centro de Confinamiento del Terrorismo, pieza clave para ganar la guerra contra las pandillas”, le dice uno de los hombres, que invita a Bukele a iniciar el recorrido por la enorme prisión. El centro, le explican al presidente, fue construido en un espacio “completamente aislado”, en 165 hectáreas adquiridas por el Gobierno. El complejo muestra enormes barracones donde estarán encerrados los presos y, según la explicación oficial, contará con fábricas donde se les obligará a trabajar, “porque estos tipos no han venido a descansar, que no crean que van a estar en un hotel, señor presidente. Que todo ese trabajo produzca algo para la sociedad y así resarcir un poco del año causado”, dice el guía.
La siguiente escena muestra a decenas de policías y antidisturbios en maniobras de entrenamiento, desplazándose por el complejo y entre las celdas, incluidas las áreas de aislamiento o “de castigo”, como la llama el funcionario que dirige el recorrido del mandatario. “Evidentemente deben existir, señor presidente”, dice el hombre. “Los gatilleros que se encargaban de matar a la gente salvadoreña van a estar en una celda como esta”, afirma. “Todo aquel que quisiera organizar dentro de este centro de confinamiento algún tipo de altercado, también le va a tocar este tipo de régimen, donde no va a ver la luz del sol”, concluye el funcionario.
Agentes de las fuerzas de seguridad durante una demonstración en las instalaciones del centro.Presidencia (AFP)
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Bukele se ha celebrado así mismo por la cárcel y por su estrategia contra las maras. Este miércoles ha mostrado las estadísticas de la Policía Nacional y ha afirmado que “Febrero cierra su primer día con 0 homicidios en El Salvador, el país más seguro de América”, en su recuento diario de los supuestos avances de su guerra, cada vez más personal, contra las pandillas. “El Salvador cierra el mes de enero de 2023 con una tasa anualizada por debajo de 2 homicidios por cada 100,000 habitantes. La tasa de homicidios más baja de todo el continente americano”, había afirmado.
Bukele lanzó hace 10 meses un régimen de excepción que ha logrado una histórica reducción en los homicidios. El Gobierno ha capturado a más de 60.000 pandilleros y cierra el cerco contra sus liderazgos, pero en el camino las autoridades han cometido fuertes violaciones a los derechos humanos. Un informe presentado a finales de enero por Human Rights Watch (HRW) revela que se han cometido “abusos a gran escala”, que incluyen hacinamiento extremo, violaciones del debido proceso, falta de garantías, detenciones masivas y muertes bajo custodia. “Miles de personas, incluidos cientos de menores, han sido detenidos y procesados por delitos definidos de manera amplia que violan las garantías básicas del debido proceso y socavan las perspectivas de justicia para las víctimas de la violencia de las pandillas”. El mandatario salvadoreño ha criticado a las organizaciones de derechos humanos que denuncias estos abusos y a los medios de comunicación, a los que se les acusa de estar del lado de las pandillas.
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