La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en la rueda de prensa de este lunes.

La Casa Blanca confirma el viaje de una delegación de EE UU a Venezuela

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en la rueda de prensa de este lunes.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en la rueda de prensa de este lunes.DPA vía Europa Press (Europa Press)

La Casa Blanca ha confirmado este lunes que una delegación estadounidense de alto nivel viajó a Caracas el pasado fin de semana para mantener encuentros con el régimen venezolano de Nicolás Maduro y tratar sobre “la seguridad energética”, cuando los precios del petróleo se disparan de forma vertiginosa debido a la guerra en Ucrania. Washington busca, casi de forma desesperada, alternativas al gas ruso que importa.

La portavoz del presidente de EE UU, Jen Psaki, ha tenido que enfrentar en la rueda de prensa de este lunes múltiples preguntas referentes a acuerdos de la Administración de Joe Biden con países petroleros como Arabia Saudí, Irán y Venezuela y ha ratificado las conversaciones directas entre Washington y Caracas del pasado fin de semana. “El propósito del viaje que realizaron los funcionarios de la administración fue discutir una variedad de temas que incluyen ciertamente energía, seguridad energética”, declaró. Psaki informó de que las discusiones con miembros del régimen de Maduro “se produjeron en los últimos días” y dijo que seguían en marcha.

La portavoz no precisó quiénes integraron la delegación del Gobierno de Biden. Pero según informa la agencia France Presse incluía a Juan González, director para las Américas del Consejo de Seguridad Nacional de Biden; y a Jimmy Story, embajador de Estados Unidos en Venezuela, con base en Bogotá. El senador republicano Marco Rubio dejó saber su parecer a través de Twitter al expresar que eso sería cambiar el petróleo de “un dictador asesino con petróleo de otro dictador asesino”. “Que Biden organice reuniones secretas con el narcoterrorista Maduro sin siquiera informar a los venezolanos que han sufrido y arriesgado todo oponiéndose a Maduro es una vil traición”, tuiteó el republicano.

Estados Unidos y Venezuela rompieron relaciones a principios de 2019, después de que Maduro asumiera un segundo mandato en unas elecciones que se fueron consideradas fraudulentas por la oposición y medio centenar de países. Entonces, Washington reconoció al líder opositor Juan Guaidó, presidente del Legislativo, como la única autoridad legítima. A partir de ese momento, Washington implantó duras sanciones al gobierno bolivariano, con el objetivo de forzar la caída de Maduro. Entre esas medidas, está el embargo vigente desde abril de 2019 que impide a Venezuela negociar su crudo, motor económico venezolano. Cuando Biden llegó a la Casa Blanca en 2021 mantuvo las sanciones.

El fin de semana, el diario The New York Times publicaba en exclusiva que una delegación de alto nivel del Gobierno de EE UU había viajado el sábado a Caracas con la intención de proponer a Nicolás Maduro un acuerdo económico para suplir algunas demandas energéticas en su economía, tras la imposición de sanciones a Rusia por invadir Ucrania. La iniciativa contemplaría la introducción de medidas para relajar las sanciones internacionales a Venezuela, dando a Caracas, además, opciones para recuperar su producción petrolera en un contexto global de volatilidad y precios récord. Estados Unidos mueve así una primera ficha para intentar mitigar la influencia geopolítica de Rusia entre sus aliados latinoamericanos.

Mientras confirmaba un viaje, la portavoz de la Casa Blanca desmentía otro. Psaki negó que Biden estuviese planeando un viaje a Arabia Saudí en busca de un aumento en la extracción de petróleo, aunque esté manteniendo contactos con Riad en medio de la escalada de precios que se sufre en EE UU. “El presidente no tiene planes de viajar a Arabia Saudí”, dijo la portavoz, desmintiendo así la información publicada este lunes por el portal Axios.

La administración Biden se encuentra en una posición muy delicada ya que enfrenta una petición bipartidista para cerrar el grifo a la importación de petróleo ruso, una medida que trastornaría los mercados en una economía global que aún se está recuperando de la pandemia. A todo esto, mientras la Casa Blanca sopesa su próximo movimiento, la inflación domina se instala como una pesadilla en la mente de los estadounidenses que sufren la presión del aumento de los precios, especialmente en las gasolineras.

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