La Casa Blanca se ha visto obligada este domingo a matizar una frase del presidente Joe Biden que se podía entender como un llamamiento a desalojar Vladímir Putin del poder en Rusia. Durante un discurso en Varsovia, este sábado, Biden añadió de su cosecha al texto redactado por su equipo la frase: “Por Dios santo, este hombre [Putin] no puede permanecer en el poder”. No estaba en el guion, han subrayado fuentes de la Casa Blanca, ni se puede interpretar como una invitación a derrocar al líder ruso, sino que debe leerse en un contexto más amplio. “El comentario del presidente fue que a Putin no se le puede permitir ejercer el poder sobre sus vecinos de la región. [Biden] no hablaba del poder de Putin en Rusia, ni de un cambio de régimen”, matizó un alto funcionario, amparado en el anonimato.
Pero la aclaración, minutos después del desaguisado, no ha bastado para remediar el estupor de las cancillerías —Francia y el Reino Unido enseguida tomaron distancia, para no incrementar la tensión— ni apagar el incendio en las redes sociales. El secretario de Estado, Antony Blinken, ha tenido que salir al paso este domingo de la supuesta intención golpista del comentario de Biden. Desde Israel, donde participa en una importante cumbre con varios países árabes, el jefe de la diplomacia estadounidense ha enmendado la polémica sin apartarse un milímetro de la postura oficial de la Casa Blanca, formulada a principios de este mes, de que corresponde solo a los rusos decidir quién les gobierna.
“Como bien saben, y nos han escuchado decir repetidamente, no tenemos una estrategia de cambio de régimen en Rusia ni en ningún otro lugar”, ha reiterado este domingo el jefe de la diplomacia estadounidense. “Creo que el presidente señaló anoche que, simplemente, Putin no puede verse facultado para hacer la guerra o participar en una agresión contra Ucrania o cualquier otro” país del entorno, ha subrayado Blinken.
Representantes de la Administración estadounidense se han lanzado este domingo a tapar la vía de agua; máxime después de comentarios como el del presidente francés, Emmanuel Macron, acerca de lo inconveniente de las palabras de Biden. “No, como ha dicho el secretario de Estado Blinken, Estados Unidos no tiene una política de cambio de régimen en Rusia. Punto”, ha reiterado la representante de EE UU en la OTAN, Julianne Smith, en una entrevista en la CNN, calificando de error el comentario del mandatario, que pocas horas antes había llamado carnicero a su par ruso.
En una entrevista con la cadena France 3, Macron recomendó tanto a Biden como al Gobierno ruso que se abstuvieran de alimentar “ni con actos ni con palabras” el conflicto después de que el presidente de EE UU describiera a Putin como un “carnicero”. El presidente francés dijo que le gustaría protagonizar una solución negociada al conflicto. “No deberíamos inflamar este conflicto ni con actos ni con palabras”, reiteró el mandatario antes de distanciarse de la declaración de Biden. “Yo no usaría esas palabras”, añadió durante la entrevista. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, reprochó el sábado también el lenguaje de Biden. “Un líder de Estado debe mantener la sobriedad”, manifestó Peskov a la agencia TASS. “Cada vez que ocurren insultos personales de este tipo, la ventana de oportunidad para nuestras relaciones bilaterales se hace más pequeña”.
Hay división de opiniones, y multitud de interpretaciones, sobre la frase: que fuera un lapsus o bien una velada amenaza al Kremlin, cuando no una reacción emocional tras su visita a los refugiados en la frontera polaca con Ucrania, como sostienen muchos quitando hierro a la tensión. Mientras algunos republicanos jaleaban el arrojo de Biden, otros, más pragmáticos, alertaban de que sus palabras pueden causar aún más problemas a Ucrania. Entre los entusiastas está Bill de Blasio, exalcalde demócrata de Nueva York. “¿Está Biden diciendo algo controvertido al llamar a un cambio de régimen en Rusia? ¡No! No teniendo en cuenta que Putin se ha empeñado en socavar las elecciones de EE UU. Putin empezó el juego hace mucho tiempo. Es hora de responder, Vladímir. ¡Adelante, Joe!”, ha tuiteado el exalcalde.
Is @JoeBiden doing something controversial by calling for regime change in Russia? No! Not when Putin has consistently tried to undermine US elections. Putin started the regime game long ago. It’s payback time, Vladimir. And right on, Joe!
— Bill de Blasio (@BilldeBlasio) March 26, 2022
El lapsus de Biden demuestra sus habituales enredos con el arte de la oratoria —“la frase fue un ejemplo de la retórica a veces inarticulada” del mandatario, según el diario The Washington Post—, contra la que los bomberos de la Administración poco han podido hacer en este caso. No es la primera vez que a Biden le traiciona el subconsciente o incurre en un comprometido lapsus linguae que la Casa Blanca debe corregir. Para algunos analistas, el borrón resultará indeleble esta vez. “La marcha atrás de la Casa Blanca [respecto al comentario de Biden] no parece que vaya a limpiarlo. Putin lo considerará una confirmación de lo que ha venido pensando hasta ahora. Un mal lapsus que puede extender el alcance y la duración de la guerra”, apuntó en Twitter Richard Haass, presidente del centro de estudios Consejo de Relaciones Exteriores. En la misma red social, Derek J. Grossman, profesor universitario y analista de Rand Corporation, ha juzgado también negativamente la frase. “El efecto neto será un mayor fortalecimiento de los lazos entre China y Rusia. Hoy se ha producido un cambio monumental en la política de EE UU y un error aún mayor”
De momento, Bill de Blasio se ha quedado solo dando palmas.
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