El derechista Friedrich Merz, de 66 años, se convertirá en el próximo presidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU) alemana, el partido de Angela Merkel. Merz ha superado ampliamente a sus dos rivales, los centristas Norbert Röttgen y Helge Braun, en una votación entre las bases de la formación, que deberá ser ratificada en un congreso federal en enero. Con un 62% de los votos, los afiliados han apoyado masivamente el giro a la derecha que representa Merz, rival histórico de Merkel y que se presentaba por tercera vez para liderar la formación.
La estrepitosa derrota en las elecciones del pasado 26 de septiembre obligó a la CDU a replantearse su futuro, tanto en la cuestión del liderazgo como en el rumbo ideológico del antaño partido de masas. El candidato con el que los democristianos concurrieron a los comicios, Armin Laschet, anunció poco después de la debacle -24,1% de los votos, el peor resultado histórico de la formación- un golpe de timón para renovar todos los cargos directivos y dar voz por primera vez a los más de 400.000 afiliados del partido.
Las bases pudieron votar por correo o internet para elegir a uno de los aspirantes, que se presentaron a los simpatizantes en un debate a tres y con entrevistas individuales retransmitidas en directo por el partido. La participación fue muy alta, del 64%, algo que ha sorprendido porque la CDU no solía involucrar a los afiliados en ninguna decisión importante. Hasta ahora a los presidentes los votaban 1.001 delegados territoriales en los congresos federales.
Las encuestas daban ventaja al halcón Friedrich Merz, millonario, buen orador, abogado de profesión y que hace más de dos décadas se consideraba de las mayores promesas de la CDU. Llegó a liderar el grupo parlamentario, hasta que Angela Merkel ocupó ese puesto en 2002 y le dio de lado. En 2009 abandonó la política y se pasó a la empresa privada. Trabajó en su propio bufete de abogados, como asesor en multitud de empresas y también fue presidente del consejo de supervisión de BlackRock, la mayor gestora de fondos del mundo, en Alemania. Volvió en 2018 con los ojos puestos en la lucha por el partido, primero, y la Cancillería después.
Este era el tercer intento de hacerse con la presidencia del partido. Fue candidato en el congreso de Hamburgo de diciembre de 2018 y perdió por muy pocos votos frente a la protegida de Merkel, Annegret Kramp-Karrenbauer, hasta hace unos días ministra de Defensa. También se enfrentó al actual presidente, Armin Laschet, en enero de 2021.
Muy crítico con la canciller, especialmente con su política migratoria, su elección representa un viraje claro respecto a la línea centrista de la líder alemana. Desde que volvió a la arena política, Merz promete recuperar lo que él llama “las esencias del partido”, es decir, bascular de nuevo hacia la derecha para tratar de recuperar al casi un millón de votantes que fueron seducidos por la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD). Durante esta campaña en la que ha competido contra Norbert Röttgen y Helge Braun,, sin embargo, ha sido mucho más moderado en sus apariciones públicas y ha evitado criticar abiertamente la etapa de Merkel, que se ha despedido después de 16 años en el poder e invicta en cuatro elecciones consecutivas.
Röttgen, de 56 años, pretendía liderar el centroderecha alemán en la estela del legado de Merkel. Fue ministro de Medio Ambiente de la canciller y preside la comisión de Exteriores del Bundestag desde 2014. Compitió contra Merz y Laschet en el congreso de enero pasado. El también centrista Helge Braun, de 49 años, era el único de los candidatos que aportaba algo de novedad al trío que aspiraba al liderazgo conservador. Más joven, del Estado de Hesse (los otros candidatos y Laschet proceden de Renania del Norte-Westfalia) y médico de formación, ha sido hasta hace unos días la mano derecha de Merkel en el Gobierno de gran coalición como ministro de la Cancillería.
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