La cerveza es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo, y son muchas las persona que se preguntan si engorda. Existe la creencia de que sí, hasta el punto de que ha surgido el término de «barriga cervecera» para denominar a la tripa redonda y protuberante que afecta especialmente los hombres. Pero, ¿realmente es la cerveza la culpable de la obesidad abdominal?
La cerveza engorda: ¿Mito o realidad?
Pues bien, lo cierto es que no, ya que la cerveza es una bebida con pocas calorías y grasas saturadas. La cantidad promedio es de 43 calorías por cada 100 mililitros, aunque la cifra exacta depende de cada tipo de cerveza. Por lo tanto, si te tomas una caña estarás ingiriendo unas 75 calorías.
Teniendo esto en cuenta, podemos concluir que no supone una gran cantidad de calorías. Sin embargo, si te tomas dos, tres, cuatro… Vas sumándolas y si, además, añades las clásicas patatas fritas con las que se suele acompañar esta bebida, el resultado calórico puede ser un poco elevado. Este es el motivo por el que se dice que la cerveza favorece la obesidad abdominal.
¿Y qué ocurre con la cerveza sin alcohol? Cabe señalar que las calorías que aporta el alcohol son calorías vacías, es decir, no aportan nada desde el punto de vista nutricional. Dicho esto, una cerveza sin alcohol tiene la mitad de calorías que una con alcohol, así que es la que menos engorda.
Ascensión Marcos, profesora de Investigación en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), explica que «las investigaciones son concluyentes en cuanto al consumo de cerveza y el aumento de pliegues cutáneos, es decir la clásica barriga cervecera, o al aumento de peso: no existe ninguna relación entre ellos siempre que el consumo de cerveza sea bajo», según recoge ‘La Vanguardia’.
Beneficios
Siempre y cuando se consuma con moderación, la cerveza aporta beneficios muy interesantes para la salud. Es buena para el corazón porque reduce el riesgo cardiovascular gracias a su alto contenido en polifenoles.
Además, los ingredientes naturales con los que se elabora la cerveza regulan la presión arterial. También se ha comprobado que su consumo disminuye el riesgo de tener cálculos renales al ser una fuente rica en agua y tener propiedades diuréticos.
Y, por último, contribuye a fortalecer los huesos gracias a que contiene minerales como el magnesio, el fósforo y el silicio.
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