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La coalición internacional contra el ISIS acuerda trasladar a África el foco de la lucha contra el terrorismo


La Coalición Internacional contra el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés), un grupo formado por más de 80 países y creado para derrotar a la organización terrorista en las regiones de Siria e Irak, se reunió este lunes en Roma después de casi dos años de no hacerlo (la última debía haberse celebrado en marzo de 2020). La situación en el mundo había cambiado enormemente desde la última vez: el Estado Islámico en dicha zona está prácticamente derrotado y la pandemia ha congelado los movimientos de los terroristas y de las tropas. Había mucho que discutir, empezando por la utilidad actual de la coalición una vez casi derrotada la organización terrorista en la región para la que fue creada. La principal decisión fue la de trasladar el foco y la presión de la inteligencia a África, donde ahora mismo aumentan las tensiones.

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La reunión, presidida por el ministro de Exteriores italiano, Luigi Di Maio, y el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, acogió a una veintena de ministros del ramo y recibió a nuevos miembros como la República Centroafricana, Congo, Mauritania y Yemen, que se sumarán a los 79 estados. Más de 40 titulares de exteriores, además del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, participaron en la reunión en la que se planteó el cambio de objetivos.

Un grupo de países europeos, liderados por Italia, propuso que la coalición utilice toda la experiencia acumulada en Siria e Irak para hacer frente a la amenaza en regiones africanas como el Sahel. Un movimiento que implicará la creación inmediata de un grupo de trabajo y que España apoya fuertemente, tal y como confirmó la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, a este periódico tras su intervención en la reunión. “Hoy la capacidad del Estado Islámico en Siria o Irak es ‘residual’. Los esfuerzos han funcionado y toca reconquistar a la población, desradicalizar. Pero vemos cómo el terrorismo se está moviendo de norte a sur y de este a oeste. Queremos aplicar todo eso a zonas de gran relevancia para España como el Sahel”, apuntó tras la reunión con sus homólogos.

La clave era saber si EE UU, cuyos intereses se encuentran en mayor medida en Oriente Medio, apoyaría la medida. Blinken, que por la mañana se había reunido con el papa Francisco, no tardó en confirmarlo. “Apoyamos firmemente la iniciativa de Italia para asegurar que la coalición centre su experiencia en África, mientras sigue manteniendo los ojos muy abiertos en Siria e Irak”, apuntó el secretario de Estado en un tono de cordialidad con el resto de países insólito durante los años de la Administración Trump.

La visión de Blinken y del Gobierno de Biden, sin embargo, pasa por no descuidar las zonas de Siria e Irak, como él mismo volvió a insistir durante la rueda de prensa posterior a la reunión. La lucha global contra el Estado Islámico ha permitido alcanzar “resultados significativos”, que muestran lo que se puede lograr “juntos”, pero aún quedan unos 10.000 de sus combatientes extranjeros en Siria, lo que representa “una situación insostenible”, advirtió el secretario de Estado.

La preocupación de EE UU se refleja en el bombardeo llevado a cabo este domingo contra posiciones de milicias “apoyadas por Irán”, según él mismo señaló en la rueda de prensa, en zonas fronterizas entre Siria e Irak. “Con las acciones asumidas ayer hemos demostrado que el presidente (Joe Biden) está dispuesto a actuar si es necesario para proteger los intereses de Estados Unidos, para proteger a los nuestros”, argumentó, al tiempo que subrayó que “estas acciones de autodefensa, para prevenir ataques, son un mensaje claro” que confía en que haya sido “comprendido por aquellos a los que va dirigido”.

Italia y España, conscientes de los intereses y la agenda de EE UU, tienen un interés especial en este cambio en la hoja de ruta de la coalición (ambos países comparten otras citas de la agenda internacional y Di Maio y González Laya visitarán juntos Israel y Palestina próximamente). Más allá de las cuestiones de seguridad, el impacto del terrorismo islámico en regiones como el Sahel, pero también en la zona oriental, llegando al norte de Mozambique, se materializa también en los flujos migratorios que ambos países han recibido en los últimos tiempos. “Lo que sucede en esos territorios es crucial. Son los vecinos de nuestros vecinos”, apunta González Laya. “De momento no se habla de efectivos militares, sino de compartir información de la inteligencia y sobre todo, de aplicar algunas de las cosas aprendidas en temas como la financiación terrorista”, insistió.

La agenda no se había detenido, pero la pandemia frenó los movimientos de las tropas y también de los terroristas. Algo que puede suponer un cierto espejismo, advierte la titular española de Exteriores. “Ha sido positiva y negativa en ese sentido. La bajada de intensidad se debe a lo que hemos vivido este año y medio. Pero no hay que hacerse ilusiones. En zonas como Mozambique, en Cabo Delgado, la situación se ha agravado”.


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