Las personas que han pasado la covid recibirán la dosis de refuerzo contra la infección a los cinco meses del diagnóstico. La Comisión de Salud Pública, donde están representadas las autonomías y el Ministerio de Sanidad, ha acordado este martes ampliar el plazo entre la enfermedad y la tercera dosis que, en un documento anterior, había marcado a partir de las cuatro semanas del diagnóstico. La decisión fue muy cuestionada por virólogos e inmunólogos, que veían el intervalo entre la infección y el pinchazo muy corto y alertaban de que incluso podría acarrear “problemas en el sistema inmunitario”. Ahora, la Comisión ha apuntado que, si bien el intervalo entre la infección y la administración de la dosis de recuerdo será de un mínimo de cuatro semanas, “se recomienda” darla a los cinco meses del diagnóstico.
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El Ministerio de Sanidad ha justificado que, a diferencia de las infecciones con la variante delta, la covid que provoca la ómicron, el linaje dominante en este momento, “aumenta la respuesta de células de memoria a antígenos víricos diferentes de la proteína S, lo que implica una ampliación de la inmunidad”. Además, agrega Sanidad, la evidencia científica disponible actualmente señala que la infección por coronavirus tras completar la pauta vacunal con dos dosis hace que se desarrolle “una respuesta inmune más potente” para neutralizar otras variantes del virus.
Esos han sido los argumentos esgrimidos por la Comisión de Salud Pública después de que su decisión inicial de vacunar a partir de las cuatro semanas del diagnóstico fuese recibida de forma negativa por los expertos. “Tras la vacunación, una infección por ómicron es como una nueva dosis, pero más completa, porque no solo nos exponemos a una parte del virus, como con la inyección, sino a todos sus antígenos. Semanas después el organismo tiene anticuerpos efectivos. No por dar una y otra dosis hasta el infinito sin espaciamiento de tiempo vamos a conseguir una mejor protección”, explicaba hace unas semanas a este diario Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología.
López Hoyos celebra la nueva directriz de Sanidad y las comunidades: “Va en la línea de lo que nosotros pensábamos. Incluso seis meses después estaría bien y sería más conveniente para inducir una respuesta más potente. Después de haber recibido la pauta completa más pasar la infección, tenemos una inmunidad híbrida, que es más potente y efectiva incluso que la tercera dosis”, profundiza. El experto, no obstante, tranquiliza a las personas que ya han recibido la dosis de refuerzo cuatro semanas después de la infección: “No es útil, pero no es peligroso, no hace mal. Lo que pasa es que estando tan cerca de la infección, el efecto casi no se nota”.
López Hoyos invita a avanzar contra la pandemia con nuevos modelos de vacunas que estimulen otras partes del sistema inmune. “En el plano teórico”, explica el inmunólogo, se mantiene la hipótesis de que “si estimulas y reestimulas con la misma molécula, estimulas siempre las mismas celúlas del sistema inmunitario y las acabamos agotando”.
Con el aluvión de casos que ha generado la variante ómicron en los últimos dos meses y la nueva directriz de la Comisión, la inyección de terceras dosis se prolongará en el tiempo. Sanidad y las comunidades ya han dado luz verde al pinchazo de refuerzo a todos los mayores de 18 años y, una vez completados los grupos de edad de mayor riesgo, las autonomías avanzan las inyecciones por los colectivos más jóvenes, como los treintañeros y los veinteañeros. En España ya se han administrado más de 14 millones de dosis y el 70% de los mayores de 40 años ya la han recibido.
Niños con covid
La Comisión también ha acordado nuevos plazos para administrar las vacunas contra la covid a los niños de entre 5 y 11 años que hayan pasado la enfermedad recientemente. Así, si bien hasta ahora la Estrategia de Vacunación recomendaba pinchar la vacuna a las cuatro semanas de haber pasado la covid, los mandos de Salud Pública han acordado que, si la infección se da antes de haber recibido ningún pinchazo contra el coronavirus, se les administrará una sola dosis ocho semanas después del diagnóstico. Y si la enfermedad se detecta después de haber recibido la primera dosis, la segunda se dará también dos meses después de la detección de la enfermedad, manteniendo siempre el intervalo entre el primer y el segundo pinchazo de ocho semanas (a diferencia de los adultos, que eran 21 días entre inyecciones, en niños son dos meses).
Los niños han sido otro de los grandes colectivos más perjudicados por esta sexta ola. El nuevo envite del virus y el ascenso de la ómicron los pilló iniciando la vacunación, sin protección o con la pauta vacunal incompleta y, con la nueva directriz de la Comisión, los pinchazos a este grupo también se alargarán en el tiempo. Según Sanidad, el 53% de los niños de entre 5 y 11 años ya han recibido, al menos, una dosis.
Para Quique Bassat, pediatra y epidemiólogo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), las decisiones de la Comisión, tanto en niños como en adultos, son “razonables”, aunque asume que eso alargará la campaña de vacunación: “No pasa nada porque el gran objetivo ya lo cumplimos alcanzando una pauta vacunal con dos dosis muy elevada y la inmunidad de grupo queda un poco pasada de moda con una variante tan infecciosa como ómicron. Se retrasará todo un poco, pero esta ya no es la estrategia única y principal para la contención de la transmisión”. El experto sí reclama, en cualquier caso, que estos cambios “queden reflejados en el pasaporte vacunal y que sea equivalente a estar igual de protegido” el que ha recibido la tercera dosis como el que ha pasado la infección antes del tercer pinchazo.
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