Una operaria en la factoría de Ford en Almussafes (Valencia).Ford
La Comisión Europea ha mejorado algo las previsiones económicas para España este año. Pero ni así se acerca a los vaticinios del Ejecutivo. Siguen muy lejos. Si Bruselas espera un crecimiento del 5,6% este año; en Madrid se pronostica un aumento del 7%. La proyección para 2023 se mantiene intacta en el 4,4%. Además, según las previsiones invernales de la Comisión, los precios apretarán a los hogares europeos algo más de lo que esperaba hace solo unos meses.
Los pronósticos de Bruselas para la economía europea son más lúgubres que el pasado otoño por la aparición de la ómicron, la nueva variante del coronavirus, como explica el informe de previsiones de invierno, y por un atasco en las cadenas de suministro que todavía persiste y que no comenzará a deshacerse hasta entrado este año, según Maersk, la naviera más grande del mundo. La situación empezará a cambiar a partir de primavera y el año acabará mejor de lo que empezó. De ahí que para 2022, el crecimiento previsto para la zona euro sea del 4%, tres décimas menos que en la edición anterior, y, en cambio, en 2023 se mejore el vaticinio tres décimas, hasta el 2,7%. “Estas previsiones asumen que el impacto causado por la actual ola de infecciones será corto y que los cuellos de botella [en las cadenas de producción] acabarán este año. Finalmente, se espera que la presión de la inflación se modere hacia finales de año”, explica la introducción del informe elaborado por los economistas de la Comisión.
“Los [indicadores] fundamentales [económicos] siguen fuertes”, ha empezado este jueves el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, al describir de forma general la situación actual en la Unión Europea. Sin embargo, ha señalado que los riesgos siguen siendo altos, especialmente en lo que toca a la inflación.
Las previsiones de Bruselas no son las únicas que están lejísimos de los cálculos del Gobierno español en su cuadro macroeconómico. También las casas de análisis privados se sitúan muy lejos y lo mismo hacen organismos como el Banco de España. Incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, apuntaba hace unos días en Qatar que el crecimiento este año sería superior al 5,5% sin hacer referencia al 7% oficial. Sin embargo, también puede verse el vaso medio lleno desde Madrid cuando se cogen los números que ha presentado este jueves Gentiloni, pues España es el país que más crecerá de la Unión Europea en 2022, solo por detrás de Malta, para la que se espera una mejora del 6%.
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“Las perspectivas para España son muy positivas este año”, ha apuntado el comisario italiano, quien ha añadido que “son realistas y equilibradas”, cuando se le ha preguntado específicamente por ellas. La causa de la mejora de las expectativas está en “la recuperación del turismo” y en la inversión, tanto pública, que va a llegar del Fondo de Recuperación y Resiliencia, como privada. La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, ha afirmado tras conocer las previsiones que los datos de Bruselas son “muy positivos” y que “confirman que España será el motor principal de la recuperación económica en 2022 y 2023″.
Si las previsiones de Bruselas se cumplen, España recuperaría la actividad perdida por la pandemia a finales de este mismo año, un poco antes de lo que se esperaba hace unos meses. Lo que en principio es una buena noticia, tiene su lado negativo: si el PIB vuelve a los niveles precoronavirus en 2022, la Comisión Europea ―y el Gobierno― pierden argumentos para defender que se prorrogue un año más la cláusula de escape de las reglas fiscales, que permite echar mano del gasto público para salir de la crisis.
En lo que respecta a los precios, el Ejecutivo comunitario ha tenido que rectificar lo dicho en otoño. La presión de la inflación se mantiene durante más tiempo de lo esperado y el año concluirá con un incremento del 3,5% en el área euro, en el conjunto de la UE cuatro décimas más incluso. No obstante, las previsiones dejan hueco a las palomas del Banco Central Europeo, pues para 2023 siguen situando el índice de precios al consumo por debajo del 2%, concretamente en el 1,7%. En los pasillos del Congreso de los Diputados, Calviño ha sostenido que los datos confirman que, gracias “al fuerte crecimiento económico”, España estará “por debajo de los objetivos de déficit y deuda sobre el PIB en 2021″, lo cual le permitirá proseguir con su senda para ir soltando lastre.
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