Para derrotar a Rusia, Ucrania no necesita solo armamento, sino también calefacción, electricidad y agua que permitan a la población resistir y desactivar los intentos de Vladímir Putin de desmoralizarla con los bombardeos a las infraestructuras civiles. En una conferencia internacional organizada este martes en París, el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, movilizaron algo más de 1.000 millones de euros para ayudar al país agredido a pasar el invierno. La ministra francesa de Exteriores, Catherine Colonna, precisó en una rueda de prensa en la que anunció la cifra que se trata de donativos y no de préstamos. De los 1.050 millones de euros que ya han sido asignados a algún sector, 425 se dirigirán a la energía, 25 al agua, 38 a la alimentación, 17 a la salud y 22 a los transportes, según Colonna.
“Nos hemos reunido con el deseo de derrotar el terror energético”, dijo Zelenski en una intervención por videoconferencia desde Ucrania. “Ahora la mayoría de nuestras centrales eléctricas están dañadas y destruidas por los bombardeos. También las centrales hidráulicas y las centrales térmicas. Imaginen lo que significaría en sus países. Uno de los ataques rusos provocó el paro de todas las unidades nucleares. Solo la restauración rápida de las instalaciones energéticas destruidas por los ataques rusos necesita al menos 1.500 millones de euros.” El presidente ucranio cifró la ayuda urgente necesaria en 800 millones de euros.
Macron declaró, dirigiéndose a Zelenski y a la delegación ucrania: “Con cada victoria de vuestro país sobre el terreno, Rusia reacciona cobardemente con nuevos bombardeos a infraestructuras eléctricas, gasísticas o de distribución de agua, necesarias para la supervivencia de la población durante el invierno. Con un objetivo claro: en respuesta a las derrotas militares, sembrar el terror en los civiles”.
La conferencia, organizada por Zelenski y Macron, parte de una constatación. Rusia, forzada por la contraofensiva ucrania a retirarse de territorios conquistados en meses anteriores, modificó en octubre su estrategia bélica. Pasó a centrarse en el bombardeo de infraestructura civil para hacer sufrir a la población y debilitar su resistencia durante el invierno.
No es una conferencia como las que se han celebrado para la reconstrucción. Esta vez, la prioridad son los próximos meses, entre diciembre y finales de marzo. Se trata de responder a las necesidades inmediatas de Ucrania en cinco terrenos: la energía, el agua, la alimentación, la sanidad y los transportes. Para ello, se ha creado una plataforma en internet que permitirá a las autoridades ucranias anunciar qué necesitan en los campos citados y a los donantes responder financieramente o con material a las peticiones.
Más generadores eléctricos y 30 millones de bombillas
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“Los generadores y los alimentadores sin interrupción se han hecho tan necesarios como los vehículos blindados y los chalecos antibalas”, dijo Zelenski. Entre otro material necesario, el presidente ucranio citó los generadores eléctricos, que permite mantener los hospitales y las conexiones por internet, y 50 millones de bombillas LED, que permitirían ahorrar electricidad. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha comprometido este martes a financiar la compra de 30 millones de estas bombillas.
Macron anunció la movilización, por parte de Francia, de 76,5 millones de euros para facilitar el acceso a la energía y el agua, la ayuda alimentaria, y las infraestructuras de sanidad y transportes, entre otros terrenos. Citó el envío “a muy corto plazo” de 63 generadores eléctricos de alta potencia y varios transformadores, que se suman a los 100 enviados en noviembre.
Presidida por Zelenski y por Macron, han participado en la conferencia Solidarios con el pueblo ucranio 48 Estados (entre ellos, países del Golfo pérsico y de Asia como la India; pero no China ni Israel) y 24 organizaciones internacionales. Acudieron en persona la esposa de Zelenski, Olena Zelenska, y el primer ministro ucranio, Denis Shmihal. España estuvo representada por Antón Leis, director de la Agencia Española para la Cooperación Internacional al Desarrollo.
Para Macron, la conferencia era una oportunidad de exhibir su unidad con Zelenski tras unos días de malestar entre París y Kiev. El origen de las tensiones fueron unas declaraciones del presidente francés en las que planteaba que, en una hipotética negociación para acabar la guerra, habría que dar “garantías de seguridad” a Rusia. “¿Alguien quiere ofrecer garantías de seguridad a un Estado terrorista y asesino?”, reaccionó Oleksi Danilov, secretario del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania.
Las palabras de Macron alimentaron la idea en Ucrania y en los países del flanco oriental de la UE de que el presidente francés es excesivamente complaciente con Putin. Tras la invasión de febrero, ya incomodó a Kiev al pedir no humillar a Rusia y ha insistido en mantener un canal de comunicación abierto con el líder ruso.
En París, Macron manifestó su apoyo total a la posición de Ucrania y a su integridad territorial y soberanía, denunció que los ataques rusos a la infraestructura civil son “crímenes de guerra” e insistió en que debe ser Ucrania la que fije las condiciones para negociar la paz.
Otro objetivo de la reunión de París era demostrar el apoyo incondicional de Francia a Zelenski. En paralelo a la conferencia internacional, se celebró otra reunión, en este caso bilateral entre Francia y Ucrania, destinada a permitir a las empresas francesas participar en la reconstrucción del país. Con una idea de fondo: que no sea Estados Unidos quien se quede con todo el pastel.
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