La Convención Constitucional de Chile sella el fin del Senado tras 200 años de historia

Detalles de las pantallas de la sede de la Convención Constitucional chilena, en febrero de 2022.
Detalles de las pantallas de la sede de la Convención Constitucional chilena, en febrero de 2022.IVAN ALVARADO (REUTERS)

Como parecía previsible, dado los acuerdos previos, el pleno de la Constituyente chilena ha decidido este miércoles reemplazar el Senado —una de las primeras instituciones de la República, con 200 años de historia— por una Cámara de las Regiones que representará a los diferentes territorios. Con 104 votos a favor, 42 en contra y seis abstenciones, los convencionales sellaron de esta forma uno de los aspectos cruciales del debate sobre el sistema político, el Gobierno, el Poder Legislativo y el sistema electoral. La propuesta, por lo tanto, pasa al borrador de la nueva Constitución chilena que se plebiscitará el próximo 4 de septiembre y se transforma en uno de los asuntos centrales que definirán el voto de la ciudadanía.

La nueva Cámara de las Regiones será, según el texto, “un órgano deliberativo, paritario y plurinacional de representación regional encargado de concurrir a la formación de las leyes de acuerdo regional y de ejercer las demás facultades encomendadas por esta Constitución”. En un modelo de bicameralismo asimétrico, con la existencia de una cámara política llamada Congreso de Diputados y Diputadas, el organismo que reemplazará al Senado tendrá atribuciones limitadas.

Con una derecha minoritaria en las instancias de la convención, son las diferentes izquierdas las que han protagonizado las mayores tensiones en este debate. Debido a estos nudos que enfrentan al oficialismo, por ejemplo, se rechazó hoy un artículo central que definía las atribuciones de la Cámara de las Regiones. De acuerdo a la propuesta, esta instancia solo revisará los proyectos de ley, no podrá cambiar sustancialmente lo decidido por los diputados y, a diferencia del Senado actual, podrá pronunciarse solo sobre algunas materias específicas. El Partido Socialista, por ejemplo, apuesta por un mayor poder, por lo que el artículo rechazado volverá a la comisión respectiva y seguirán las negociaciones sobre el asunto.

El Poder Legislativo chileno tiene en la actualidad dos cámaras espejo, la de los diputados y la de los senadores, en un bicameralismo simétrico que, a juicio de algunos sectores, entorpece la discusión legislativa. “No tiene sentido tener dos cámaras que hacen exactamente el mismo trabajo, lo que hace que las leyes duerman en el Congreso por la dinámica de tramitación”, aseguraba en televisión hace unos días la convencional del Frente Amplio, Constanza Schönhaut. En el mismo espacio, la constituyente de derecha, Constanza Hube, planteaba que la nueva instancia “tendrá funciones decorativas” y que en la discusión “no se ha dado ningún argumento serio sobre las razones para eliminar el Senado”.

En la sesión de este miércoles se rechazó además el artículo que regulaba las funciones del Congreso de Diputados y Diputadas, por lo que volverá a manos de la comisión respectiva y, posteriormente, tendrá un segundo intento en el hemiciclo.

Sobre la desaparición del Senado, la senadora socialista Isabel Allende, que presidió la corporación, aseguró a través de un vídeo: “El bicameralismo es necesario e importante. Creo que ha sido la forma en que perfeccionamos los proyectos de leyes, un mejor legislar y, por cierto, siempre se podrán mejorar los trámites y la forma de hacerlos más eficientes. Pero es un equilibrio de poderes que contribuye a la creación de las leyes”, dijo. “Es una institución republicana y fue en la Cámara de Diputados, no en el Senado, que se aprobó en agosto de 1973, prácticamente, el golpe militar”, recordó la hija de Salvador Allende, derrocado hace casi 50 años por los militares.

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Entre las normas aprobadas en los últimos días en el pleno está el artículo primero, que indica que “Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural y ecológico”. Para el convencional del Frente Amplio, Jaime Bassa, se trataba de “una de las definiciones más relevantes de esta Constitución”. “Dejaremos atrás el rol subsidiario del Estado, que se repliega en favor de privados, incluso para garantizar derechos sociales. Un paso clave para tener derechos universales”, escribió el lunes en las redes sociales.

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