“No podemos permitir que se malversen los fondos destinado a estimular la economía ni los recursos vitales para hacer frente a la emergencia”, señaló António Guterres en su mensaje por el Día Internacional contra la Corrupción.
En el Día Internacional contra la Corrupción, todos (gobiernos, empresas, sociedad civil y todas las partes interesadas) deben comprometerse a trabajar juntos para promover la rendición de cuentas y poner fin a la corrupción y los sobornos, a fin de crear un mundo más justo e igualitario, señaló António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas.
Explicó que la corrupción priva de recursos a las personas que los necesitan, socava la confianza en las instituciones, exacerba las grandes desigualdades expuestas por el virus y crea obstáculos para una recuperación sólida.
“No podemos permitir que se malversen los fondos destinado a estimular la economía ni los recursos vitales para hacer frente a la emergencia”, señaló en su mensaje publicado en la página oficial de la ONU.
En los últimos años, recordó, se han producido estallidos de ira y frustración contra líderes y gobiernos corruptos. En algunos países la gente ha salido a la calle para exigir justicia social y rendición de cuentas.
“La crisis del Covid-19 ha creado oportunidades adicionales para la corrupción, lo que se suma a esas graves preocupaciones. Los gobiernos están gastando rápidamente para volver a encarrilar la economía, prestar apoyo de emergencia y adquirir suministros médicos. La supervisión en esas circunstancias puede ser más débil, y el desarrollo de vacunas y tratamientos aumenta el riesgo de sobornos y especulación”, explicó.
Para Guterres, la recuperación de la pandemia debe incluir medidas para prevenir y combatir la corrupción y los sobornos.
“Debemos forjar alianzas amplias para fortalecer la supervisión, la rendición de cuentas y la transparencia, aprovechando los instrumentos mundiales de lucha contra la corrupción que nos ofrece la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción”.
Las medidas contra la corrupción deben formar parte de las reformas e iniciativas de carácter más amplio adoptadas a nivel nacional e internacional para fortalecer la buena gobernanza, eliminar los flujos financieros ilícitos y los paraísos fiscales y devolver los activos robados, de conformidad con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, señaló.
Corrupción y Covid-19
Para muchas personas de todas las regiones, la corrupción es desde hace tiempo una fuente de desconfianza e indignación contra sus líderes y gobiernos, dijo Guterres en un mensaje difundido en octubre.
“Pero la corrupción en tiempos de Covid-19 podría llegar a socavar gravemente la buena gobernanza en todo el mundo, y a desviarnos aún más de nuestro camino hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, advirtió.
Describió la corrupción como una plaga antigua que está adoptando nuevas formas.
“Redoblemos nuestra determinación de combatirla”, exhortó.
La corrupción es criminal e inmoral, y representa la máxima traición a la confianza pública, afirmó, pero es aún más perjudicial en tiempos de crisis, como está ocurriendo ahora en el mundo con la pandemia de coronavirus.
“La respuesta al virus está creando nuevas oportunidades para explotar la supervisión débil y la transparencia inadecuada, desviando recursos que debían estar destinados a personas que se encuentran en su momento de mayor necesidad”.
Guterres señaló que ante estas circunstancias los gobiernos pueden actuar apresuradamente, sin hacer las debidas comprobaciones sobre los proveedores o sin determinar precios justos.
Mientras que los comerciantes sin escrúpulos venden productos deficientes, como respiradores defectuosos, pruebas mal fabricadas o medicamentos falsificados.
“Y la connivencia entre quienes controlan las cadenas de suministro ha dado lugar a que algunos bienes muy necesarios tengan unos costos escandalosos, lo cual causa desviaciones en el mercado y deja a muchas personas sin posibilidad de acceder a tratamientos vitales”.
El secretario de la ONU llamó entonces a trabajar juntos para poner fin a esos robos y a esa explotación, adoptando medidas drásticas para poner fin a los flujos financieros ilícitos y los paraísos fiscales, abordando los intereses particulares que se benefician del secretismo y la corrupción y ejerciendo la máxima vigilancia sobre la forma en que se gastan los recursos a nivel nacional.